El rescate se llevó a cabo desde primera hora de la mañana en siete operaciones que socorrieron a numerosas personas que se encontraban nadando en el mar en precarias condiciones y con problemas de flotabilidad, según ha informado la Marina en un comunicado. Todas ellas habían partido de las costas libias en su intento por alcanzar Europa, siguiendo la que es ya el trayecto más transitado, y también el más mortífero.

No fueron los únicos. Médicos Sin Fronteras alertaba desde primera hora de la presencia de “un gran número” de pateras que navegaban a la deriva frente a las costas libias. 

BREAKING: A huge number of rubber boats are in distress off #Libya. All available rescue boats have been called! pic.twitter.com/0reEuI20GI

Hacia el mediodía, la ONG aseguraba haber rescatado a más de 194 personas en dos operativos, e informaban de que seguían trabajando en las operaciones de salvamento. 

Según ha dicho a Efe un portavoz de la Marina Militar italiana, aún se desconoce el lugar al que se trasladará a los rescatados.

Con la llegada del buen tiempo, Acnur alerta de que la ruta Libia – Italia se ha reavivado, pese a ser “dramáticamente más peligrosa”. Desde la Organización Internacional de Migraciones señalan que 2.954 personas han muerto en aguas del Mediterráneo en su intento por llegar a Europa en lo que va de año–en el mismo periodo de 2015 el dato fue de 1.885 personas, y 57 en los primeros cinco meses de 2015–, de las cuales al menos 2.521 se registraron en esta ruta, frente a las costas Libias. 

It’s 2016 and this is still happening almost every day on the central #Mediterranean. pic.twitter.com/sZPKlPXOOW

Si bien el número de llegadas sigue siendo muy alto y sin diferencias significativas con respecto al mismo periodo el año pasado,  las muertes sí han aumentado en un 36%. Según Médicos Sin Fronteras, este incremento en el número de muertes se debe a la “mayor precariedad” de las embarcaciones.

En las últimas semanas conocíamos además las innumerables vejaciones que sufren muchos de los migrantes que llegan a Libia a la espera de poder embarcar en un bote que les lleve hacia Europa. Algunos, incluso, aseguraron haberse “arrepentido” antes de lanzarse al mar, pero, según cuentan, las mafias les obligaron.