Ha vendido más de 25 millones de copias de sus 10 álbumes de estudio. Atesora una colección de Premios Grammy que asciende hasta la veintena (17 latinos, tres anglos) y según una noticia recibida esta misma semana, es el artista español más escuchado en el mundo en la plataforma líder de ‘streaming audio’ Spotify. Datos tan ciertos como innecesarios para señalar la condición de superestrella mundial de Alejandro Sanz. El madrileño del barrio de Moratalaz – aunque nacido en el de Pueblo Nuevo – publicó en 2015 ‘Sirope’, su último récord – álbum que anda presentando en su y nuestro país. Una gira que hará escala en Cartagena este jueves.

Concierto una entrevista con Alejandro y da la casualidad de que me pilla llegando a Madrid, adonde me desplazo para la presentación de ‘La guitarra vuela’, el documental de homenaje a Paco de Lucía realizado por Jorge Martínez y Javier Limón y en el que Sanz hace acto de presencia tocando ‘Corazón partío’ con la guitarra de su desaparecido maestro y amigo en pleno teatro de México DF. Decido contárselo.

- Un apunte. Estoy entrando en Madrid y voy en el coche con Jorge Martínez, el productor de ‘La guitarra vuela’.

- Ah, no me digas… Qué bueno, pues salúdamelo, dale un abrazo. Mira, ayer justo estuve charlando con Javier Limón. Vais a la presentación del documental, ¿no? Yo participo en la película, de hecho la guitarra que va viajando (La Maestro) es mía, vamos que me la quedo yo.

- Pues la llevamos nosotros en el coche.

- ¿Que la lleváis vosotros? No, me estás vacilando… ¿En serio?

- Como lo oye. De hecho, le he robado un par de acordes y suena de miedo.

- Ah claro, la lleváis para la presentación… Pues cuidadla, eh, cuidadla bien o me cargo a alguien [bromea].

- Descuide, Jorge la lleva como oro en paño. Por cierto, me consta que Paco de Lucía era amigo y maestro suyo. ¿Cómo valora su figura?

- Bueno, a Paco empecé admirándole y terminamos siendo compadres. Creo que es el artista más importante que ha dado España, por lo menos en el ámbito de la música. Tenemos la suerte de haber coincidido con él en el tiempo y quizá por tenerlo tan cerca no lo valoramos tanto. Creo que con el tiempo nos daremos cuenta de la verdadera dimensión de su figura.

- Hace pocos meses paró un concierto en Baja California y expulsó a un espectador que acosaba a una mujer. ¿Cómo recuerda ese episodio? Mucha gente se sintió orgullosa de su acto.

- Bueno, yo actué por puro instinto, esa es la verdad. Vi a un tipo que estaba molestando a una chica, el tipo era un machito de por aquí, ya sabes, y por lo visto pensaba que podía hacer lo que quisiera. No dejaba de molestarla y se me empezó a ir el estómago para arriba, hasta que le puso la mano encima. A mí cualquier acto violento me revuelve las tripas, pero la violencia machista es la que menos soporto. Así que dije basta, paré el concierto y pedí que le echasen. Creo que es importante no permitir según qué cosas.

- Veamos, saca el disco y el primer sencillo es nº1 en 14 países, disco de platino, dos millones de vistas en youtube a los diez días… Oiga, esto es casi sobrenatural o divino o algo.

- La verdad es que hay un truco y es que cuando compongo no pienso jamás en nada de esto, lo único que me importa es la canción, no su posible repercusión. Y además, cuando las cosas se persiguen, no salen. Cuando se persiguen desde la ansiedad, quiero decir. Si te obsesionas con algo casi seguro que no lo consigues. Creo que hay que tratar de hacerlo lo mejor posible y esto la gente al final lo capta, ¿sabes? Y luego, por supuesto, hay un equipo de gente trabajando que ayuda a que todo ocurra. Pero la famosa frase esta de ‘ganar, ganar y ganar’, aquí es ‘canción, canción y canción’. Esa es la clave, el único secreto.

- Supongo que es consciente de que su manera de cantar ha influido a muchos cantantes. ¿Qué piensa cuando ve a un joven imitando descaradamente hasta su timbre de voz?

- Bueno yo [con tono condescendiente]… en el fondo lo siento como un homenaje. No creo que la intención de nadie sea la de imitar. Yo también tengo mis influencias, obviamente. No sé, en el fondo me hace sentir bien saber que no paso desapercibido para otros artistas jóvenes que realmente tienen mucho talento y que a lo mejor están en esa fase de la búsqueda de la identidad propia.

- Volverá a ser coach de ‘La Voz’, tanto en México como en España. ¿Qué de interesante le encuentra a esta experiencia?

- Mira, hay una cosa si quieres medio naif en todo esto. Yo sé que a mucha gente no le gusta o le parece una tontería. Bueno, está bien. El programa a mí me aporta muchísimo en el sentido de que yo de algún modo me contagio un poco de esas ganas y de esa ilusión que tienen los chavales que entran ahí. Por otro lado me permite estar en casa mientras se emite el programa. Y luego a mí el formato me gusta. Eso de no ver a quien está cantando, de escuchar una voz y valorarla exclusivamente por su calidad, me parece lo mejor. Siempre hay una intención de ayudar a los participantes, con muchos no pasará nada, pero algunos han conseguido mejorar sustancialmente su carrera. Y una última consideración: no hay muchos programas de música en televisión, es que no hay. Entonces, si tenemos la oportunidad de por lo menos tener este espacio, pues bendito sea.

Reggaeton, no gracias

- Hace poco se las tuvo con J Balvin en la edición mexicana ¿No le va mucho el reggaeton?

- [Risas] Nah… Qué va, si nos llevamos de maravilla. A Balvin le tengo mucho cariño, lo que pasa es que lo editan así y parece mucho más de lo que en realidad fue. Obviamente, está claro que el reggaeton no es mi música favorita, pero respeto a todo el mundo, haga la música que haga.

- Mantiene un cierto activismo en redes. Uno de sus últimos mensajes dice: «Soy daltónico. No distingo colores, razas, sexos, ni religiones. Coexist». ¿Necesitaríamos más dirigentes ‘daltónicos’?

- Yo creo que sí, pero es un tema complicado. Hay mucha gente que no tiene problemas o no hace distinciones, pero en la propia declaración de esta intención ya hay un poco de discriminación, ¿sabes? El otro día precisamente en el programa de ‘La Voz’, en México, había un chico que decidió salir completamente travestido. Y entonces los compañeros empezaron a defenderlo, que si su comunidad, que si tal… Por eso he dicho esto de que soy daltónico: solo veo a un tipo cantando canciones. Nada más. Creo que hay mucho camino todavía por recorrer en este aspecto.

- He leído en su twitter algún post con el hagstag #derechopazahora. ¿A qué se refiere, alguna movilización en concreto?

- Sí, bueno, esto es una cosa que ya estaban haciendo Miguel Bosé y Juanes hace tiempo y me han pedido apoyo en este sentido. Están pidiendo a Naciones Unidas que declare la paz como un derecho fundamental del ser humano. Ahora se iba a reunir Naciones Unidas y estamos haciendo un poco de presión para esto. Que se pueda condenar oficialmente cualquier acto en contra de la paz en cualquier lugar y de forma firme.

- Vuelve a girar por España, una docena de conciertos, entre ellos el del jueves en Cartagena. ¿Supone algo especial para usted actuar en su país?

- Por supuesto. Imagínate, esta es mi casa. Al final hay mucha carga emotiva, me subo al escenario siempre con la ilusión de darme a la gente, de transmitirle sentimientos, emociones, de hacer que pasen un rato inolvidable. Lo hago con toda la ilusión del mundo y en todas partes me reciben bien, pero en mi tierra siempre es algo especial.