De llegar a España en los bajos de un camión a ganar los 5.000 metros de Europa
Ilias Fifa se impone con el mismo tiempo que Adel Mechaal y el alemán Ringer en la prueba de atletismo
Diario Sur, , 11-07-2016A los 16 años, cuando muchos adolescentes viven en una burbuja, Ilias Fifa tomó una decisión: colarse en los bajos de un camión para dejar Marruecos y buscar una vida mejor en España. Aquel chaval acabó en Cataluña rebotando entre los centros para inmigrantes. Hasta que la Generalitat le colocó en un piso tutelado. El atletismo le abrió las puertas desde la Asociació Atlètica Catalunya, donde una entrenadora, Esther Rodríguez, dirigió sus primeros pasos. Seguro que esos recuerdos asaltaron la cabeza de Fifa cuando, después de unos segundos de incertidumbre, vio en la pantallas del estadio olímpico de Ámsterdam que era el nuevo campeón de Europa de los 5.000 metros.
El fondista creía que esa recompensa no era para él. «Cuando faltaban 200 metros pensaba: ‘hala, adiós a la chapa, pero al menos tengo que entrar cuarto’». Pero Fifa llegó a la recta y se vio que tenía al alcance al español Adel Mechaal, al azarí Ibrahimov, al alemán Ringer, al francés Amdouni y miraba por el rabillo del ojo la llegada furibunda del noruego Henrik Ingebrigtsen, bronce la noche anterior en los 1.500. Se acababa el espacio y Mechaal, el primero, comenzaba a flaquear y, exhausto, lanzaba el pecho hacia adelante algo precipitado. Rápidamente le imitaron los demás y cruzaron la meta a la vez. Era imposible saber quién delante y quién detrás.
Los tres primeros, por este orden, Fifa, Mechaal y Ringer, realizaron un tiempo idéntico: 13:40.85. «Cuando he entrado, pensaba que había sido tercero», reveló el campeón más tarde. Y por primera vez en la historia, en cualquiera de las grandes competiciones internacionales, la diferencia entre el primero y el cuarto, Ingebrigtsen, fue de sólo una centésima.
Fifa estuvo muchos años después de llegar en los bajos de un camión suplicando la nacionalidad española. En 2013 realizó una gran marca en la Golden Gala de Roma (13:05.61) y Marruecos le pidió que compitiera por su país de nacimiento. Pero no cedió. «No me jugué la vida para nada. Me siento español», declaró el atleta, feliz con una vida sencilla, limpiando aparcamientos para coches por la mañana y entrenándose, ya con Rafael Caro, su actual técnico, por las tardes. No tardó en llegar la nacionalización por carta de naturaleza.
Ahora ya puede dedicarse sólo al atletismo. A Ámsterdam llegó como líder europeo del año. Y se marcha, a un mes para los Juegos de Río, donde Mechaal, el subcampeón, se pasará a los 1.500, como campeón continental. Ahora ya sólo viaja a Marruecos para hacer largas concentraciones en la altitud de Ifrane, en el Atlas marroquí. Nació en Tánger hace 27 años, pero su hogar está en España.
Por un tropezón
Mechaal, el atleta que con cinco años llegó a España para afincarse en Palamós, admitió que la plata no le satisface del todo. «Yo venía a por el oro y hasta los últimos 30 metros iba bien, pero me han dado por detrás un empujón que me ha desequilibrado y me ha hecho perder esa centésima. Lástima. Ahora a seguir trabajando para hacerlo la próxima vez mucho mejor».«No me conformaba con nada que no fuera el oro», insistió, «pero he tenido un gran desgaste corriendo muy atento por la calle dos, mientras los demás han ido más a lo que hacía Ibrahimov, y a mí me ha pasado factura, pero contento. De estas carreras se aprende. Es mi primer Europeo en 5.000 y he aprendido mucho. Me voy contento con la plata, pero no del todo satisfecho».
Mechaal nunca había vivido un final tan apretado. «Esto demuestra que no te puedes relajar ni un solo metro. Lástima el tropezón en los últimos diez metros, porque esa centésima la hubiese podido arañar».
La última jornada se completó con los octavos puestos de Diana Martín en los 3.000 m obstáculos (9:43.65), Solange Pereira (4:34.88) en la final de 1.500 más lenta de la historia, y Borja Vivas (20,16) en lanzamiento de peso, donde Carlos Tobalina acabó décimo (19,85). Mucho peor le fue a Javier Cienfuegos, duodécimo (68,17) en la final de martillo, o a Miguel Ángel Sancho, que realizó tres nulos en la primera altura (2,19).
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