«Su trabajo lo era todo para él»
Familiares y amigos de los agentes fallecidos recuerdan su entrega a los ciudadanos. «Le gustaba ayudar a la gente», coinciden
Diario Sur, , 09-07-2016Patrick Zamarripa, Brent Thompson y Michael Krol murieron en la ciudad que salían a «defender» cada día. Se trata de tres de los cinco policías fallecidos en el tiroteo de Dallas, en el que también resultaron heridos otros siete agentes. «Como podéis imaginar, nuestros corazones están rotos. Hemos recibido incontables expresiones de apoyo y simpatía de todo el mundo. Estamos agradecidos por cada mensaje. Gracias», se dolían ayer sus compañeros de trabajo, todavía impactados por lo ocurrido.
De origen mexicano y padre de dos niños pequeños, Zamarripa había regresado hacía cinco años de Irak – en donde estuvo hasta en tres ocasiones – para «proteger a los estadounidenses» como agente del Departamento de Policía de Dallas y empezar una nueva vida con su familia, a la que adoraba. La carrera militar no le era ajena. Tanto su padre, como varios de sus tíos y hermanastros son veteranos de diversas guerras, por lo que era habitual verle en fotografías junto a ellos llevando armas o defendiendo causas policiales, no así la llegada de refugiados sirios a suelo estadounidense, con la que estaba en desacuerdo. «Le gustaba ayudar a la gente», recordaban sus familiares al ‘The Washington Post’. «Ningún padre debería enterrar a su hijo. Eres un héroe, Patrick. Te quiero», dejaba escrito en las redes sociales uno de sus hermanastros.
Inmigración
Un amigo de Zamarripa, de 32 años, recordó que el agente había rechazado hace poco un trabajo en el departamento de Inmigración, porque «le entusiasmaba su trabajo» en la ciudad, además de los Rangers y los Dallas Cowboys, de los que era ferviente seguidor.
Al igual que Zamarripa, Brent Thompson, el primer agente fallecido en ser identificado, también prestó servicio en Irak durante cuatro años. Contratado por la empresa militar privada DynCorp Internacional como oficial de policía, Thompson se dedicaba a supervisar el entrenamiento de los soldados norteamericanos, además de asesorar a los agentes iraquíes, según consta en su perfil de Linkedin. Ya de regreso a su país, ingresó en el Departamento de Tráfico de Dallas, en el que trabajó hasta su muerte a manos de un francotirador.
Brent Thompson, de 44 años, se había casado hace dos semanas con una compañera de trabajo, aunque tenía hijos de su primer matrimonio y un nieto. Su perfil de Facebook, muestra a un hombre entregado a su familia, muy crítico con el movimiento ‘Black lives matter’ (las vidas de los negros importan), del que llega a burlarse.
El último agente identificado de los cinco fallecidos es Michael Krol, de 40 años. Krol siempre había quierido ser policía, por eso en cuanto se enteró de que en Dallas necesitaban oficiales, no se lo pensó dos veces y se trasladó desde Detroit, su ciudad natal, para cumplir su sueño. «Era lo que quería. Es la única razón por la que se fue de aquí. Su trabajo lo era todo para él», explica su cuñado, Brian Schoenbaechler, al diario ‘The Detroit News’. Anoche, todavía no había trascendido el nombre de los otros dos agentes fallecidos.
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