“No quiere decir no”. Bajo esta principio, Alemania ha endurecido este jueves la ley que persigue las violaciones y los abusos sexuales. El Parlamento federal alemán, el Bundestag, ha aprobado por unanimidad que la resistencia verbal sea un indicio suficiente para criminalizar el acoso sexual, haya o no violencia. “Se trata de la situación que más se repite actualmente”, ha asegurado el ministro de Justicia, el socialdemócrata Heiko Maas.

Después de meses de intensos debates, la Cámara baja ha aprobado con 601 votos emitidos a favor un endurecimiento legal que amplia la definición de los ataques sexuales para que se sancione con más dureza otras prácticas abusivas como manoseos o besos que quedaban impunes por la dificultad de ser probadas. Ahora serán sancionadas con entre cinco y dos años de prisión. De esa manera, la ley solicita menos requisitos para demostrar esas agresiones y da más facilidades y reconocimiento a la palabra de las víctimas para que se haga justicia.

La reforma del artículo 177, que ganó popularidad y atención mediática después de los abusos sexuales que se produjeron en la pasada Nochevieja en Colonia, también contempla agilizar la deportación de los extranjeros que cometan delitos sexuales.

MÁS MANO DURA

Aunque pueda parecer una obviedad, el código penal alemán no contemplaba hasta ahora la negación verbal como indicio suficiente para culpar a alguien de violación o abuso sexual. Así pues hasta hoy si la víctima no se oponía físicamente a las agresiones estas no podían ser tipificadas como delitos. Eso abría la puerta a innumerables casos sin resolver. “Había vacíos legales inaceptables en la protección de las víctimas de esos ataques”, ha apuntado Maas.

La nueva ley, que entrara en vigor a partir del próximo setiembre, ha sido aplaudida por el colectivo feminista por la modernización del código penal que supone. “Otros países aplican el ‘no es no’ desde hace años así que ya era hora de que nosotros lo incluyésemos en la lista de delitos”, ha apuntado la diputado socialdemócrata Carola Reinmann.

AGILIZAR LA DEPORTACIÓN

La consensuada aprobación de esta nueva ley se entiende principalmente como una reacción a los abusos y agresiones sexuales que se produjeron en masa en Colonia durante la pasada Nochevieja. El escándalo, en el que más de un millar de mujeres denunciaron haber sido atacadas, puso en vilo a todo el país. La presencia de extranjeros, mayoritariamente árabes y del Norte de África, y refugiados entre los agresores relanzó entonces el discurso populista de Alternativa por Alemania (AfD) y ayudó a catapultar sus perspectivas electorales.

Desde entonces el auge de la ultraderecha ha amenazado por el flanco derecho a la CDU (Unión Demócrata Cristiana) de la cancillera Angela Merkel. En enero, el Gobierno ya aprobó facilitar la expulsión de extranjeros y refugiados condenados por crímenes y ahora se sigue el mismo camino rebajando los requisitos para tipificar un abuso sexual como tal. La celeridad del Gobierno para endurecer la ley hace entrever que su gesto intentará apaciguar la retórica xenófoba de sus contrincantes y evitar que en 2017 se conviertan también en sus rivales parlamentarios.