El ‘Brexit’ se lleva también por delante al líder eurófobo Nigel Farage
El Mundo, , 05-07-2016El Brexit tiene algo de Saturno que devora a sus hijos. Cuatro días después del pinchazo del ex alcalde de Londres, Boris Johnson, le llegó el turno al otro triunfador moral del referéndum de la UE. Nigel Farage abandona la nave con un argumento que no ha convencido ni a propios ni a extraños: «Ahora que ya he recuperado mi país, quiero recuperar mi vida».
Por tercera vez en siete años, Farage dimite como líder del Ukip y anuncia que esta vez es la definitiva. Su marcha ha sido interpretada como el claro indicio de una fractura en el populismo británico y un realineamiento del mapa político. En el momento de su exultante dimisión, el propio Farage vaticinó que los dos grandes partidos acabarán rompiéndose.
«He conseguido lo máximo a lo que podía aspirar, que era sacar a mi país de la UE», dijo Farage a la hora de las justificaciones, incapaz de ocultar la situación explosiva del partido. En sus últimos y ruidosos días, el líder del Ukip amenazó con expulsar del partido a su único diputado en Westminster, Douglas Carswell.
Tras la victoria del Brexit, Farage había perdido también el apoyo del multimillonario Arron Banks, que financió la campaña Leave EU y ahora quiere usarla como plataforma para crear más allá del Ukip «una nueva fuerza política que capte por igual a los desencantados del Partido Laborista y del Partido Conservador».
«Farage ha tenido ya demasiado», dijo de antemano Arron Banks, anticipando los movimientos de su viejo aliado. «Farage ha cumplido su papel, pero es electoralmente desastroso», declaró el diputado Douglas Carswell, que criticó duramente a su jefe de filas por el cartel antinmigración durante la campaña y no pudo ocultar su satisfacción por su marcha (lo celebró en las redes con un emoji sonriente con gafas de sol).
El relevo en el timón del Ukip se producirá en la conferencia de octubre. Paul Nuttall, hasta ahora número dos, despunta como su probable sucesor. Otros dos eurodiputados –Steven Woolfe, portavoz para inmigración, y Diane James– cuentan con posibilidades. Suzanne Evans, que ejerció como mano derecha de Farage y fue suspendida por intentar dar un golpe de mano, podría concurrir también a la carrera.
La gran duda es si el Ukip aguantará en los próximos tres meses y no entrará antes en la espiral autodestructiva que está fagocitando a los dos grandes partidos. La tercera dimisión de Farage (las anteriores fueron en 2009 y en 2015) deja en el alero el futuro de la formación política surgida hace 25 años como puntal del euroescepticismo en la época del Tratado de Maastricht y escorada desde hace siete años hacia el nacionalismo de derecha dura por el líder saliente, que en la campaña del referéndum se ha ganado el estigma del Le Pen británico con sus consignas antinmigración y con el controvertido cartel comparado con la propaganda nazi.
«Me preocupan los brotes de racismo, pero quiero dejar claro que la campaña de la permanencia ha contribuido también a su manera instigando el miedo en la población», declaró Farage a EL MUNDO, tras anunciar su dimisión. Más conciliador de lo habitual, aseguró que los inmigrantes europeos que están legalmente en el Reino Unido «no tienen nada que temer por su futuro».
El líder nacionalista se mostró partidario de acabar con la «libertad de movimientos» y no ocultó su disposición a «vigilar como un halcón el proceso negociador con Bruselas: ‘Tengo algo de experiencia como eurodiputado y creo que puedo ser de ayuda’». Farage expresó su confianza en «un próximo primer ministro o primera ministra pro-Brexit que invoque el artículo 50 y que no intente demorar la salida de la Unión Europea».
«Todo esto ha sido posible gracias a la labor del ejército popular del Ukip durante estos años», dijo Farage. «Estoy convencido que sin los mensajes del Ukip no habríamos tenido un referéndum ni habríamos logrado la victoria de la salida sobre la línea de meta». «Seguiré apoyando el partido y al nuevo líder», recalcó Farage. «También intentaré ayudar a otros movimientos de independencia de la Unión Europea que están surgiendo por todo el continente. Porque de una cosa podemos estar seguros: nuestro país no será el último en marcharse».
Farage lanzó balones fuera ante las noticias que le vinculan con Andrea Leadsom, que puede acabar figurando como la candidata del Brexit en la carrera por el liderazgo del Partido Conservador. El líder nacionalista fue también visto con otro aspirante a líder conservador, el ex ministro de Defensa Liam Fox, durante una fiesta en la que también estaba el magnate de la prensa Rupert Murdoch.
«Nunca he sido ni seré un político de carrera», advirtió Farage en el momento de dudosa despedida, flanqueado por un puñado de leales del partido. «Yo soy un hombre de negocios y mi único objetivo en el momento de meterme en política fue sacar al Reino Unido de la Unión Europea. Creo que he contribuido al menos un poco».
(Puede haber caducado)