La exitosa integración de inmigrantes peligra por quejas del trato policial
La Vanguardia, , 01-07-2016El sociólogo Alejandro Portes, experto mundial en migraciones, alerta de que el hostigamiento por parte de las fuerzas de seguridad del que se quejan jóvenes musulmanes hijos de inmigrantes puede malograr el “exitoso proceso” de integración de las segundas generaciones que se ha dado en España.
Portes, catedrático de las universidades de Princeton y Miami, ha inaugurado hoy el XII Congreso Español de Sociología que se celebra hasta el sábado en Gijón, con los últimos datos sobre un macroestudio sobre la adaptación de las segundas generaciones de inmigrantes, que se puso en marcha en 2008 en España y que ha entrado ahora en su tercera fase de campo.
Los primeros datos de las entrevistas que se están llevando a cabo muestran como diferencia fundamental con las anteriores oleadas que jóvenes universitarios musulmanes, pero que son y se sienten plenamente españoles, se quejan de la hostilidad de las fuerzas de seguridad y de cierto “hostigamiento” a la hora, por ejemplo, de pedirles documentación.
“Sería trágico que un proceso relativamente exitoso, del que España puede sentirse orgullosa, pudiera malograrse por esa actuación policial”, ha dicho el prestigioso sociólogo cubano-norteamericano, quien ha advertido de que se puede dar una profecía autocumplida similar a lo que ocurrió en los barrios periféricos de varias ciudades francesas.
Allí, ha explicado Portes, las sospechas policiales sobre posibles conductas antisociales y de carácter radical por parte de los habitantes musulmanes de determinados barrios, acabó generando un estallido social y una verdadera radicalización como respuesta al hostigamiento policial.
Hasta ahora, los resultados del seguimiento de esa integración mostraban que en España, a diferencia de Estados Unidos, donde Portes y su equipo llevan a cabo un estudio similar desde mediados de los noventa, los hijos de inmigrantes nacidos en España o que llegaron al país con menos de 12 años, tenían un proceso fácil de incorporación al universo de la juventud española.
Con entrevistas recurrentes 2008, 2012 y ahora 2016 los investigadores han podido comprobar que los chicos que al principio del estudio tenían 14 años se han integrado con facilidad en el país.
En una muestra de unos 7.000 jóvenes de Madrid y Barcelona, se aprecia, según Alejandro Portes, un “gradual pero significativo” proceso de autoidentificación nacional, de forma que el número de quienes se consideran españoles entre los nacidos en el extranjero ha crecido a lo largo de los años hasta alcanzar el 50 por ciento.
Otro factor analizado en la encuesta es la percepción de discriminación, que supone niveles “sorprendentemente bajos”, según el sociólogo, quien ha explicado que los investigadores no esperaban que solo un 6 por ciento de los encuestados dijese haber percibido discriminación en los tres años anteriores.
La prueba de la eficacia de esa integración es que ese 6 por ciento de quienes sintieron discriminación coincide con el porcentaje de respuestas de hijos de padres españoles, grupo analizado en el estudio para observar las diferencias.
Ese resultado pone de manifiesto que, al contrario de lo que ocurre en Estados Unidos, España no tiene una estructura de jerarquización étnica o racial, o al menos “no le ha dado tiempo a crearla”, ha subrayado Portes, a la vista de la sensación que empiezan a transmitir los musulmanes.
Un tercer aspecto en el que se han fijado los sociólogos para analizar la integración de las segundas generaciones de inmigrantes en España es el grado de “ambición” sobre su futuro que presentan estos chicos.
También en este caso los porcentajes de quienes desean estudiar en la universidad y quienes creen de forma realista que podrán hacerlo son similares a los de los jóvenes españoles e incluso, en otra sorpresa de la investigación, aumentaron entre 2008 y 2012, en plena crisis económica y laboral en España.
Esa ambición de los jóvenes hijos de inmigrantes en España pese a las dificultades económicas, es un factor muy positivo para su integración, según Portes, que ha destacado que la variación más significativa no es por zona geográfica los resultados en Madrid y Barcelona son prácticamente idénticos en todos los apartados de la muestra sino por sexo, ya que las chicas con ambición de cursar estudios universitarios superan en casi veinte puntos a los chicos.
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