Opinión

Reflejo de involución

Diario de noticias de Gipuzkoa, Por Josu Juaristi, 25-06-2016

La Unión Europea tiene un grave problema, pero no porque Inglaterra (el norte de Irlanda y Escocia son, y han votado, otra cosa) haya decidido a favor del Brexit, sino porque el origen del referéndum tiene un sentido y una motivación claramente ultraderechistas. No parte de un impulso progresista, sino de una involución social y democrática que afecta, en mayor o menor medida, al conjunto de los estados miembros de la Unión. Ahí reside la verdadera gravedad del momento por el que atraviesa la UE y el resultado del referéndum puede reforzar aún más si cabe las posiciones de la extrema derecha europea, posiciones que las políticas (de la mayoría de los estados miembros) contrarias a los derechos humanos (de las personas migrantes y refugiadas, sobre todo), civiles, sociales y económicos han fortalecido. Aquí está la clave del escenario de involución que retrata hoy a la UE: populismo, xenofobia y una fractura social sin precedentes.

Se esté a favor o en contra de lo que fue sometido a consulta, lo que hemos vivido en Gran Bretaña ha sido un ejercicio democrático en el que la ciudadanía ha decidido, y eso ha sido reconocido por la izquierda europea. En GUE/NGL, el grupo en el que está integrado EH Bildu en la cámara europea, lo hemos percibido como un desafío añadido, un reto para construir otra Europa. Pero la constatación sobre el ejercicio democrático de la ciudadanía “británica” implica otra inmediata: exigimos el mismo respeto para los pueblos escocés e irlandés, que de forma tan evidente han vuelto a retratar que nada tienen que ver con los ingleses. El Brexit tiene un impacto enorme y antidemocrático en ambas naciones, así como en Gales. Pero para Irlanda las consecuencias son aún más graves, puesto que impone una frontera exterior de la Unión Europea en la isla, lo que volverá a aislar los seis condados del norte de sus hermanos del sur, con todo lo que ello supone para el proceso de paz. Hoy como ayer, EH Bildu estará junto a estos dos pueblos hermanos, comprometido y solidario en los pasos que decidan dar a partir de ahora para alcanzar todos sus derechos individuales y colectivos.

Es hora de reforzar la lucha por otra Europa, antes de que sea demasiado tarde: una Europa donde su ciudadanía vea cumplidas sus expectativas en el ámbito social y económico, una donde todas las personas gocen de todos los derechos, una en la que las medidas de austeridad no sigan erosionando el futuro y la democracia de las personas y de los pueblos.

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