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(Análisis) El problema migratorio de EE.UU., un callejón sin salida política

El Día, , 24-06-2016

Raquel Godos, Washington, EFE El Tribunal Supremo de Estdos Unidos dejó hoy el problema migratorio que vive el país, con más de once millones de indocumentados, en manos del Congreso y del próximo inquilino de la Casa Blanca, sin embargo, la polarización a la que asiste la nación mantiene el asunto en un callejón sin salida política.

El más alto tribunal empató hoy a cuatro votos a falta de un noveno juez por confirmar por el Senado sobre la constitucionalidad de las medidas migratorias del presidente Barack Obama, por lo que permanecerán bloqueadas por la decisión de una corte inferior.

Así, el dictámen del Supremo no sienta ningún precedente, pero deja inevitablemente a más de cinco millones de personas en el limbo, ya que podrían haber logrado una protección contra la deportación de prosperar las acciones ejecutivas del mandatario.

Al no haber mayoría en su decisión, la reforma del sistema migratorio, que tanto republicanos como demócratas reconocen está obsoleto, vuelve a manos del Congreso y de las medidas que tome el próximo mandatario que salga de las elecciones del 8 de noviembre, la demócrata Hillary Clinton o el republicano Donald Trump.

Los republicanos lideraron una demanda contra las medidas de Obama alegando que se había excedido en sus capacidades como presidente, pasando por encima del Legislativo en un asunto capital para el país.

Sin embargo, los conservadores, que en 2014 recuperaron la mayoría de la Cámara Alta, y por tanto de todo el Congreso, no han sometido a votación ni una sola alternativa legislativa para atajar la situación migratoria, y tampoco han hecho de la inmigración uno de sus puntos prioritarios para la agenda política del partido a medio plazo presentada en las últimas semanas.

“Creo que los republicanos son reacios a realmente entrar en el tema de la inmigración, o en cualquier otro asunto, hasta que se resuelvan las batallas internas sobre la dirección del partido”, explicó a Efe el profesor de Ciencia Política, Christopher Larimer.

“La carrera presidencial está consumiendo al partido en este momento, y hasta que se resuelvan estas diferencias, me sorprendería ver una acción de los republicanos sobre cualquier tema de forma sustantiva”, opinó el experto en referencia al sismo que ha producido en el seno de los republicanos la candidatura de Trump.

Por otra parte, apuntó el experto, demócratas y republicanos cada vez están más lejos ideológicamente para encontrar puntos comunes, y ven a los otros como un liderazgo perjudicial para el país.

El último intento por llegar a un acuerdo desde el Legislativo de manera bipartidista se produjo en 2013, cuando el Senado aprobó un proyecto de ley de reforma migratoria impulsado por senadores tanto demócratas como republicanos, sin embargo, el liderazgo conservador de la Cámara Baja se negó a someterlo a votación.

Por ello, muchos demócratas argumentan ahora que los conservadores no pueden reivindicar el poder Legislativo en esta cuestión si ellos mismos no toman medidas al respecto desde un Congreso que está bajo su control.

Y es que parece que los republicanos no están interesados lo más mínimo en abrir un debate sobre el asunto.

“En este momento entre los políticos republicanos y en un segmento bastante considerable de la opinión pública estadounidense hay un rechazo bastante grande a los inmigrantes ”, consideró en conversación con Efe el también profesor Justin Holmes.

“Hay un montón de miedo y rabia sobre la inmigración por múltiples motivos empleos, gasto social, crimen, terrorismo, en su mayor parte fuera de lugar. Pero (los conservadores) han sido drásticos contra la inmigración ilegal desde hace años, y dudo que vayan a cambiar a corto plazo”, agregó.

De hecho, ese rechazo del que habla Holmes se cristaliza en la victoria en las primarias republicanas de Trump, de la mano de un discurso xenófobo y racista que le ayudó a arrasar entre sus rivales.

Es precisamente esa retórica extrema la que podría cambiar un poco las cosas, aumentando la participación de los latinos en las elecciones legislativas en favor de la virtual candidata demócrata.

“La única cosa que podría moverlos, con el tiempo, y poco a poco, sería una serie de derrotas electorales”, agregó el experto, en referencia al enroque republicano en materia migratoria.

Por esa vía, la búsqueda de una reforma migratoria parece improbable, y mucho más lejos de resolverse si el multimillonario llegarse finalmente a la Casa Blanca.

No obstante, el empate en la decisión del alto tribunal no cierra las puertas a Clinton en caso de que ganara las presidenciales y, como ha reiterado sin descanso, quisiera actuar desde el Ejecutivo de una manera similar a como lo hizo Obama.

Eso sí, nadie le garantiza que los republicanos no repitan su estrategia.

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