Veinte sin techo debutan en el programa foral de reintegración social Housing First
En los próximos días tendrá lugar la selección de las personas y los pisos, estos últimos previsiblemente en Eskuinaldea
Deia, , 20-06-2016Bilbao – Será la primera vez que un modelo asistencial de estas características y de este alcance se ponga en práctica en Bizkaia. El Housing First (Primero la casa) una práctica muy extendida en Estados Unidos, Europa y en otros puntos de la península como Barcelona y Madrid) prioriza el acceso a una vivienda de personas sin hogar como método para facilitar su reintegración en el tejido social. Son pisos individuales que, además de proporcionar el evidente cobijo físico, ofrecen una cobertura psicológica a estos individuos, esencial para que puedan encarrilar su proyecto de vida en unas condiciones dignas.
Este programa arrancará a finales de este mismo mes con la selección de la veintena de personas a las que les será asignada una vivienda en distintos municipios del territorio. La intención del Departamento de Empleo, Inclusión Social e Igualdad de la Diputación Foral de Bizkaia es empezar por la Margen Derecha. Así lo avanzó la propia Teresa Laespada a comienzos de abril en una entrevista concedida a DEIA. El propósito es hacerlo de forma escalonada y atendiendo a criterios de urgencia social; por ejemplo, que lleven más de tres años en la calle y algunos otros perfiles más como discapacidad, enfermedad mental o adicciones.
La Asociación Zubietxe y la Fundación RAIS, ambas con destrezas adquiridas en el tratamiento de esta problemática social, serán las encargadas de gestionar los recursos humanos y materiales que se pongan a disposición de esa veintena de personas para ayudarles a reincorporarse de pleno a la comunidad; y no solo a la de vecinos, que también. No en vano, cada una de esas personas en situación de exclusión social tendrá acceso a un profesional que se encargará de echarles un cable cuando sea necesario y acompañarles en la recomposición de su itinerario vital a través de una configuración social cercana, ordenada y estructurada.
Decía en este sentido Loli Velasco, coordinadora de Zubietxe, que “todas las personas han vivido en una casa hasta que la han perdido. Sólo de trata de recuperarla; por eso no hay por qué pensar que se vayan a comportar peor que cualquier otro vecino”. “Las personas que participan en este programa deben respetar a los vecinos como el resto de los vecinos. Conviven en igualdad de derechos con el resto”, describía recientemente en la Cadena Ser. Y ponía en valor los resultados de experiencias similares desarrolladas en Madrid, Barcelona o Málaga. “Invitan al optimismo” ya que la tasa de retención alcanza el 80%. “No es un trabajo fácil; es muy especializado pero confiamos en los resultados que se puedan dar”.
Otro de los puntos fuertes del Housing First es, a juicio de la diputada foral de Empleo, Inclusión Social e Igualdad, la implicación de la comunidad de vecinos y del barrio con esas personas en dificultades. “Se preocupan por ella, la acogen, la ayudan,..”, describía en la entrevista publicada por este periódico. Estas conductas son esenciales para que esa persona vuelva a sentirse integrada, destierre cualquier comportamiento autoexcluyente y empiece a reconstruir sus círculos sociales. “Empiezan a querer ir al médico, empadronarse, restablecer las relaciones familiares… Si de esta forma conseguimos que recuperen una vida normalizada, intentémoslo”, ilustraba Laespada. La institución foral tiene reservados 160.000 euros para afrontar este programa piloto.
Enfoque novedoso Esta nueva metodología de enfocar las políticas públicas y las estrategias de inclusión social responde a los evidentes cambios experimentados en la realidad social y en los perfiles de las personas necesitadas de recursos asistenciales. La red de albergues y centros de día existen y ofrecen sus servicios, pero era necesario un paso más. Con el acceso a esa vivienda “ellos se hacen dueños de su evolución, responsables de sus decisiones y de su autonomización”, apostillaba la diputada foral. El modelo importado de otras latitudes pondría a disposición de esas personas sin hogar (unas 175, aunque otras setecientas más estarían malviviendo en infraviviendas o en coches) un piso en alquiler que podrían pagar gracias al acceso a subsidios como la RGI (Renta de Garantía de Ingresos) o la PCV (Prestación Complementaria de Vivienda).
“Nuestras esperanzas – subrayó Laespada en una comisión en Juntas Generales a finales del pasado año – se basan en los ratios de mantenimiento de la vivienda, la mejora en la vida cotidiana, el ocio, la alimentación y principalmente en el abordaje de la problemática de manera integral porque posibilita recuperar el proyecto vital de las personas, en especial por la recuperación de vínculos familiares”. La apuesta de la institución foral por este sistema de atención y acompañamiento de baja intensidad con educadores que realizan un seguimiento apropiado y lógico a cada necesidad requiere de la colaboración de ayuntamientos y Gobierno vasco, entidades que disponen de viviendas públicas que puedan ajustarse a requisitos como la accesibilidad y un precio asequible.
El Housing First, que encara una etapa determinante para su desembarco definitivo en el callejero vizcaino con este proceso de selección de personas beneficiarias y alojamientos, ha contado con el respaldo del conjunto de las formaciones con representación en las Juntas Generales de Bizkaia, un territorio que ha abanderado un buen número de movimientos de solidaridad con causas de distinta naturaleza; el último, la acogida de personas refugiadas. En cualquier caso, la titular del Departamento foral de Empleo, Inclusión Social e Igualdad, dejaba patente hace pocos meses una duda que espera poder despejar con el paso del tiempo y la consolidación de este modelo para la reintegración social, algo usual y frecuente en ciudades como Amsterdam, Budapest, Copenhague, Glasgow y Lisboa.
La solidaridad por bandera Y es que, según reconocía el pasado abril, “somos conscientes de que este sistema puede despertar las suspicacias y los recelos de esas personas que llevan muchísimo tiempo esperando una vivienda que no llega. Pero espero que seamos capaces de comprender que la solidaridad empieza con los que tenemos más cerca”. Ejemplos del buen funcionamiento y de los resultados exitosos de esta iniciativa los hay allí donde está activada. Y trabajando siempre con las personas que presentan mayores dificultades para acceder o permanecer en los recursos asistenciales tradicionales. Para esas personas, tener en sus manos la llave de su propia vivienda se convierte en un estímulo; es el primer paso para poder dar segundo.
De alguna forma, el Housing First da la vuelta al sistema imperante hasta la fecha: de la calle al albergue, luego al centro de noche y a una pensión… Un proceso que se hacía demasiado largo para esas personas en situación de exclusión social y que además está supeditado a exigencias, lo que complica y condiciona seriamente ese tránsito hacia otro modo de vida y provoca que no todos alcancen la meta. El modelo importado por Bizkaia plantea otro punto de salida: la vivienda es lo primero que se debe facilitar a las personas sin hogar y, a partir de ahí, pueden empezar a recuperar su proyecto vital, hacerlo con libertad y, sobre todo, con ayuda vecinal (compartiendo tiempos y espacios de ocio, por ejemplo) y especializada (programas de reinserción, talleres formativos, de atención psicológica, rehabilitación…).
Los apuntes
La cifra
175
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