La gestión política de la crisis de los refugiados también «avergüenza» a Cáritas Gipuzkoa, que habla de una «crisis de solidaridad» por parte de los Estados y avisa de la debilidad del sistema de asilo.

¿Le avergüenza la gestión de la crisis de los refugiados?

Pues sí. No hemos estado a la altura ética y moral de dar una respuesta adecuada a los miles de personas que están huyendo de sus países porque corren riesgo real sus vidas. Igual que hemos dicho que en época de crisis económica lo que ha estado en crisis ha sido la solidaridad ciudadana, ahora decimos que más que una crisis de refugiados es una crisis de solidaridad institucional y política, no de los ciudadanos.

Amnistía Internacional advierte de que las personas que piden asilo corren el riesgo de caer en la indigencia. ¿Comparten ese diagnóstico?

Para Cáritas, atender a personas refugiadas no es algo nuevo. La experiencia sí nos dice que hay personas que o bien están en situación irregular porque no han tramitado la solicitud de asilo, o se la han denegado, o la han recibido pero después de ese plazo de acogida se encuentran en situación de vulnerabilidad y necesitan el sistema de protección social. Solicitudes de asilo son muchas, pero se conceden pocas. Pero esas personas se quedan aquí, en el Estado, estén en situación regular o irregular. Hay que enfrentarse a esta realidad porque van a seguir saliendo de sus países.