«Nací con la melodía dentro»

Mártires del Compás, grupo musicalLa banda sevillana pionera del mestizaje flamenco presenta su gira de retorno en Murcia con su líder Chico Ocaña al frente

La Verdad, JAM ALBARRACÍN, 17-06-2016

Hace justo un año Mártires del Compás estrenó en Cartagena su gira de retorno, tras ocho años sin verse el pelo. La pinza oficial era el 20 aniversario de ‘Flamenco billy’, un álbum de debut que bautizó a su vez su estilo mestizo y libérrimo, siempre con el flamenco como eje. Pero ‘Hola y adiós’, como se enunció el asunto, tenía más de lo primero y de momento la despedida ni se atisba. Mártires del Compás sin aditivos ni transgénicos, los auténticos, los de Rocío La Martiresa, Jesús Díaz, Noly Soto, Julio Revilla, Alberto Álvarez y por supuesto el jefe Chico Ocaña, quien responde amable a las preguntas de ‘GPS’.

- El motivo del retorno de Mártires fue el 20 aniversario de su primer disco. ¿Sigue siendo ‘Flamenco Billy’ el eje de sus conciertos?

- El motivo principal de juntarnos era celebrar 20 años de la fórmula flamenco billy, un proyecto con un estilo determinado que hasta entonces no había sido probado en las varias fusiones o mezclas que había habido en el sur o en el resto del país. Mártires abrimos un camino que parecía inamovible dentro de los aires flamencos. Era apropiarnos de conceptos anglosajones, latinos, del jazz… De tipos de músicas diferentes desde las influencias de todos los miembros y del autor de las canciones, que soy yo, para plasmarlas como un concepto nuevo: el flamenco billy.

- Siempre ha sido muy crítico con la prensa musical, sobre todo con la andaluza. ¿Cree que no se supo valorar la aportación de Mártires en su día?

- Yo nací en San Roque, en Cádiz. De niño abría mi ventana y veía a la izquierda el Mediterráneo y a la derecha el Atlántico. Al lado de un bocado de Londres, que es Gibraltar, y enfrente África. Entonces yo sigo recordando las primeras pateras y los primeros cadáveres, desde hace muchos años… Y tengo 58. Y mi crítica no es a que no supieran entender, es que había demasiado folclorismo, demasiadas ganas de traer lo de fuera sin entender lo de dentro. Yo no soy crítico solo con lo de la prensa, soy crítico con la ciudad políticamente hablando y con esas casposas formas de entender lo que se hace en el Sur y sobre todo en una ciudad tan conservadora como es Sevilla.

- Comenzaron su gira de retorno en Cartagena y ahora, un año más tarde, actúan en Murcia. ¿Quiere esto decir que todo ha ido tan bien como esperaba?

- Lo de Cartagena fue por una relación personal que nos facilitó hacer la puesta de largo allí, después de ocho años sin vernos, y la verdad es que estuvo muy bien y eso nos hizo ilusionarnos. Después ha habido buenas ofertas, buen trato, y creo que hemos ido defendiéndonos bien este año. Hasta ahora, que iremos a Murcia, tierra a la que quiero bastante y siempre que hemos ido a tocar ha sido muy especial. Allí tengo buenos amigos y por eso me encantaría que saliera un muy buen concierto y que la gente nos recordara como un grupo que nos subimos al escenario y lo damos todo.

- ¿Era consciente cuando hicieron ‘Flamenco Billy’ (1995) de que estaba haciendo algo diferente a lo que había hasta entonces, un modo nuevo de hacer música?

- Hace muchos años, cuando empecé con el señor Kiko Veneno, ya tenía yo la idea de hacer algo diferente. De hecho, ya escribía diferente a como lo hacía el resto de gente que conocía. Yo venía del mundo del Campo de Gibraltar, de un grupo punky que se llamaba Anchoa Récord, pero siempre el flamenco ha sido base y plataforma de todas mis sensaciones musicales y literarias. Quería construir un grupo que no estuviese muy contaminado con ninguna de las músicas que a mí me gustasen y que fuera de generaciones diferentes. Porque eso sí lo tenía claro: con la gente de mi generación era imposible hacer el proyecto puesto que todos tenían demasiados prejuicios.

- En las temáticas de las canciones – nada folclóricas – también rompieron moldes.

- Gracias. Bueno, fueron unos textos avanzados para la época, pasando ya de la peineta, el caballo, la venta y la penita pena. Creo que eso fue bastante interesante, hablar de la inmigración, que era algo que nunca se mentaba en este género. Y como yo ya vivía en una zona donde se veían cadáveres y contrabando, mucho contrabando, eso hizo que mi visión de lo que yo quería hacer fuera en esa dirección. Primero, de conocer a gente que no fuera de mi generación, que no estuvieran muy contaminados de mis influencias, lo cual hizo que todo fuese más fresco. Llegamos donde llegamos porque dábamos frescura a algo inamovible como son las sevillanas, el flamenco de postín y el folclorismo barato que se hacía.

- ¿Cómo valora Chico Ocaña estos conceptos a la hora de crear: libertad, vivencias, pasión?

- Yo creo que más que libertad es necesidad, que se vuelve libertad para entender la parte creativa de cómo quieres explicar lo que ves a través de palabras que pueden ser cantadas. Yo he compuesto siempre en libertad pero con la frustración de no saber tocar la guitarra, por ejemplo. Nací con la melodía dentro, era la única manera que tenía de expresar sin tener en las manos un instrumento, pero a su vez libertad porque ningún instrumento me podía condicionar las formas ni el resultado. Las vivencias son fundamentales, es la universidad de la calle, mi música siempre ha sido un periódico cantado. Y la pasión por descubrir nuevas formas de expresar sin tener que caer en lo obvio, en lo ñoño, en lo rancio… Como los que dicen que hacen nuevo flamenco, y siguen cantando las letras de la soleá de hace cuarenta años o cien años. Creo que la evolución de la música debe estar en armonía con el tiempo en el que vives, tanto en la música como en la expresión.

- ¿Qué opinión le merece el documental en torno a Mártires del Compás ‘Ar meno un quejío’, de Fernando de France?

- Bueno, a mí me parecía muy interesante la idea de poder reflejar el sentido del flamenco billy a través de los viajes y a través de una ficción como era el ‘docudrama ’, como le llamo yo. La idea era buena y el tratamiento también, pero el resultado creo que podría haber sido mejor. Y esas son cosas que solo se ven a toro pasado. Pero estoy muy contento de haber participado en ese proyecto. Muy contento.

- ¿Ha mejorado su relación con Kiko Veneno? En su día saltaron chispas…

- No, porque todavía estoy esperando a que me devuelvan lo que me han quitado. A que la Junta de Andalucía, la Diputación y la Fundación Juan Ramón Jiménez me den una explicación de por qué sacaron un libro con mi nombre, sin pedirme permiso, a la vera de un señor como Kiko Veneno. Y por qué cobro yo un 15% de una canción que se llama ‘Echo de menos’ y no salgo en los discos. Y otras muchas cosas que ha hecho este señor.

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