La UE no cede con los visados turcos

La Comisión reconoce que la liberalización pactada a partir de julio no será posible porque Ankara sigue sin cumplir siete de los 72 requisitos

Diario Sur, ADOLFO LORENTE CORRESPONSAL , 16-06-2016

La Comisión Europea se rindió ayer a la evidencia y confirmó que la liberalización de visados de Turquía no se producirá el 1 de julio como pactaron el 18 de marzo los jefes de Estado y de Gobierno de la UE con el entonces primer ministro otomano, Ahmet Davutoglu. Y no era un compromiso verbal, sigue estando por escrito. «Esperemos que sea lo antes posible, no puede ser más preciso», recalcó el comisario de Migración e Interior, Dimitris Avramapoulos. Todavía quedan siete de los 72 requisitos para recibir el plácet de la UE, los mismos que hace un mes. Es decir, que avanzar avanzar, se ha avanzado más bien poco. Octubre, como ya ha advertido el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, es el nuevo objetivo. Si no hay acuerdo, el pacto podría quedar en papel mojado.

El Colegio de Comisarios celebrado ayer tuvo un marcado acento migratorio al tratarse el segundo informe de seguimiento del acuerdo UE – Turquía; otro documento sobre cómo está respondiendo el Gobierno griego y por último, un nuevo balance del frustrado programa de recolocación de asilados que ya se encuentran en Italia y Grecia. Los Estados miembros decidieron hace ya nueves meses repartirse 160.000 plazas y a día de hoy, sólo han viajado 2.280, de los que 124 son a España. El malestar en Bruselas es evidente. Tanto, que el comisario advirtió que no dudarán en «señalar y avergonzar públicamente» a los países que no están colaborando pese a estar obligado por la normativa comunitaria.

Todos los focos se los lleva Turquía. La UE está decidida a salvar el pacto como sea, pero Ankara sigue manteniendo una férrea posición negociadora para no plegarse a los postulados comunitarios. Especialmente espinoso es el asunto de la legislación en materia antiterrorista, que Erdogan se niega a modificar. El comisario se mostró visiblemente incómodo sobre este asunto y eludió ahondar en el fondo de las negociaciones. «Turquía se ha comprometido a cumplirlos y esperemos que lo haga. Tenemos dificultades que vencer, pero la cooperación se basa en la buena fe mutua», recalcó.

Sabedor de que las negociaciones no serán nada fáciles y de que el Parlamento Europeo venderá muy caro su apoyo (es colegislador y su plácet es crucial), Avramopoulos mantuvo una actitud fría y advirtió de que «no va a haber espacio para el regateo». «Los países que quieren ser miembros (como es el caso de Turquía) tienen que empezar por adaptarse a los estándares europeos», zanjó.

Ya casi no hay llegadas

Todo son problemas. Esta semana, sin ir más lejos, se conoció la extraña dimisión del embajador de la UE en Turquía, el alemán Hansjörg Haber, que había mantenido varios roces con el Ejecutivo de Erdogan por distintas manifestaciones. Preguntado sobre el asunto, se limitó a contestar que «no ha tenido ningún impacto en nuestras relaciones bilaterales». «Seguimos cooperando muy de cerca con las autoridades turcas para alcanzar tanto la implementación del acuerdo UE – Turquía como el momento en el que la liberalización de visados sea una realidad», dijo. Las cuestiones que quedan pendientes son la lucha contra la corrupción, la protección de datos, la colaboración judicial con todos los Estados comunitarios, una cooperación reforzada con Europol y la revisión de la legislación antiterrorista. Lo que nadie puede dudar es que en lo referido a las llegadas de refugiados, el gran objetivo de la UE, Turquía sí está cumpliendo con su parte del trato ya que la media diaria de entradas antes del acuerdo era de 1.740 y hoy es sólo de 47. Lo que no termina de carburar es el procedimiento 1:1, es decir, que todos los asilados que lleguen a Grecia sean devueltos a Turquía (sólo 462 hasta ahora) y desde aquí, vengan a Europa por vías legales (511 de las 54.000 plazas comprometidas).

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