Denuncian el maltrato de refugiados en la frontera entre Serbia y Hungría
Actualmente hay cientos de refugiados de Oriente Medio y África cerca de las dos zonas de tránsito en la frontera, cerca de las localidades de Tompa y Röszke, asegura Acnur
ABC, , 09-06-2016Los refugiados de Oriente Medio que llegan a la frontera entre Serbia y Hungría pasan allí días o semanas enteras sin la más básica asistencia, lo que «es una vergüenza para Hungría y toda la Unión Europea», ha denunciado este jueves el Comité de Helsinki, un organización de derechos humanos.
Gábor Gyulai, responsable del programa de asilo de esta ONG, explicó a Efe en Budapest que lo que sucede en la frontera es «una señal trágica de la hipocresía del sistema de asilo en Europa, y de la actitud inhumana del gobierno húngaro hacia los más necesitados».
Recordó que después de que el Gobierno magiar sellara su frontera sur con vallas alambradas, creó «zonas de tránsito», donde deben esperar aquellos refugiados que desean presentar una solicitud de asilo en el país centroeuropeo.
Pueden estar hasta semanas esperando allí, mientras que «el gobierno húngaro no les da ni agua potable, ni comida, ni aseos, ni información», asegura Gyulai.
El Comité de Helsinki es la única organización en Hungría que proporciona asistencia jurídica a los solicitantes de asilo.
Actualmente hay cientos de refugiados de Oriente Medio y África cerca de las dos zonas de tránsito en la frontera, cerca de las localidades de Tompa y Röszke, asegura Acnur, la agencia de la ONU para refugiados.
«Hay muchas madres con hijos, entre un 60 y un 70 por ciento de las personas en la frontera», explica a Efe en Belgrado la portavoz de la Acnur en Serbia, Mirjana Milenkovski.
El número de refugiados acampados al aire libre ha subido de pocas decenas en abril hasta medio millar en mayo.
Las autoridades serbias y Acnur intentan trasladar a la gente a centros de acogida, como el de Subotica, a unos 25 kilómetros de la frontera, pero los refugiados lo rechazan, ya que desean pasar lo antes posible a la Unión Europea.
Por eso, cada vez más personas contratan los servicios de contrabandistas que los pasan a través de la frontera cerrada.
Las redes de contrabandistas están muy bien organizadas y los refugiados están en peligro de «abusos y manipulaciones» por parte de esos traficantes, asegura Milenkovski.
Una vez en Hungría la cosa no es fácil para los refugiados, ya que las autoridades magiares siguen rechazando casi todas las solicitudes de asilo.
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