Amnistía pide a la UE que pare de inmediato las devoluciones a Turquía

El Periodico, , 03-06-2016

La organización defensora de los derechos humanos Amnistía Internacional (AI) solicitó hoy a la Unión Europea (UE) que pare inmediatamente los planes para devolver solicitantes de asilo a Turquía bajo el falso pretexto de que es un ‘país seguro’ para los refugiados.

El nuevo documento publicado por AI, titulado No es un refugio seguro: Turquía deniega protección efectiva a solicitantes de asilo y refugiados, muestra las fallas del sistema turco de asilo y las dificultades a las que se enfrentan en este territorio los refugiados, por lo que concluyen que el acuerdo migratorio entre Bruselas y Ankara es ilegal e inadmisible.

El acuerdo UE – Turquía es temerario e ilegal, afirma el director de AI para Europa y Asia central, John Dalhuisen. Las pesquisas de AI muestran que la idea de que Turquía puede respetar los derechos y cubrir las necesidades de más de tres millones de solicitantes de asilo y refugiados es una ficción.

No obstante, la organización concede que Turquía ha mostrado una actitud, en general, bastante abierta en cuanto a la recepción de refugiados, algo que no pueden decir los vecinos europeos.

Turquía es incapaz de proveer recursos para todos los solicitantes de asilo que acoge en su territorio. Solo la décima parte de éstos, unos 270.000, viven en la actualidad en campamentos de refugiados, donde es muy complejo poder conseguir un trabajo con el que ganarse la vida.

Aquellos que viven en centros urbanos se enfrentan, en su mayoría, a enormes dificultades para subsistir y el recurso a la mendicidad es evidente en ciudades como Estambul. En este contexto, muchos niños se ven forzados a trabajar en condiciones de semi – esclavitud para contribuir a la precaria economía familiar.

El colapso del proceso de solicitud de asilo es un hecho en una Turquía saturada de refugiados y con medios limitados. Frente a la fortaleza que es la sede del ACNUR en Ankara, este diario entrevistó a dos refugiados iranís convertidos al cristianismo que se vieron obligados a huir de su país tras recibir amenazas y palizas que por poco costaron la vida a uno de ellos.

Los dos hermanos, que solicitaron el anonimato, dijeron llevar más de un año esperando escondidos en la capital turca a que ACNUR les citara para comenzar a tramitar su solicitud.

Por eso, AI ha solicitado a la Unión Europea que comparta esta responsabilidad, en vez de deslocalizarla en Turquía. La UE ha respondido a una de las catástrofes humanitarias más oscuras de nuestro tiempo levantando vallas, desplegando más guardias fronterizos y llegando a acuerdos cuestionables con países vecinos para dejar fuera a la gente, agrega Dalhuisen. El resultado es miseria, sufrimiento y más muertes en el mar.

Por el momento, al menos 386 inmigrantes han sido devueltos a Turquía bajo el acuerdo a lo largo del mes de abril. Las mayoría de ellos (sobre todo de origen paquistaní y afgano) fueron conducidos por las fuerzas de seguridad turcas a centros de deportación cercanos a la frontera con Bulgaria, de los que, según fuentes oficiales consultadas por este diario, todavía no han salido.

No obstante, Turquía ha firmado recientemente varios acuerdos de deportación con los países de origen, por lo que su repatriación podría suceder en breve.

Varias oenegés y el ACNUR han mostrado su preocupación por un grupo de 13 refugiados que fueron devueltos a Turquía sin haber tenido opción de solicitar asilo en Grecia, algo que el Ejecutivo de Atenas achacó a un error.

Asimismo, informes de AI y de Human Rights Watch han denunciado malos tratos y hasta asesinatos de solicitantes de asilo por parte de los agentes de seguridad turcos en zonas fronterizas con Siria en los últimos meses.

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