Un control rutinario de la Policía Local de Gandia para impedir la venta ambulante en la ciudad acabó este miércoles con dos detenidos. Los hechos tuvieron lugar a última hora de la mañana en el entorno de la iglesia de Sant Nicolau del Grau.

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Dos agentes del cuerpo local que patrullaban en el distrito marítimo se percataron de que un grupo de cinco hombres estaba vendiendo todo tipo de prendas y que al ser conscientes de la presencia policial todos echaron a correr. Ante esto, los efectivos siguieron al grupo, que se había escondido en el interior de un portal cercano.

Los agentes lograron acceder al inmueble cuando un vecino salió del portal. Al entrar pidieron a los vendedores que mostraran el contenido de las bolsas que portaban, a lo que ellos «se negaron», precisaron desde el gobierno. Los agentes insistieron en que se les enseñara la mercancía y se cumpliera así con la normativa de venta ambulante.

Esto acabó con un forcejeo y los agentes reclamaron ayuda de otra patrulla. Mientras llegaban los refuerzos, tres de los hombres huyeron. Después dos fueron detenidos «sólo por resistencia y agresión a la autoridad», ya que en este tipo de controles «no se suele arrestar a nadie». Tras esto, los agentes y los detenidos acudieron al centro de salud de Corea, para que se realizaran los partes de lesiones.

Los detenidos, de origen senegalés, fueron trasladados a la Comisaría de la Policía Nacional, como es habitual en este tipo de casos y donde, al parecer, ayer seguían detenidos. Pero la versión de estos hechos según el sindicato CGT es bien distinta. Desde el colectivo señalaron que los agentes se acercaron a dos hombres senegaleses, uno con permiso de residencia, con malos modos y «quisieron quitar la bolsa» que uno de los detenidos llevaba.

También según el sindicato, uno de los agentes «cogió del cuello» a uno de los senegaleses, que cayó al suelo. Acto seguido el policía «puso la rodilla en la espalda del hombre y le arrestó». El otro súbdito senegalés «se quiso marchar para entrar en la casa de un amigo» y fue arrestado en el portal del edificio. Fuentes de CGT aseguraron que los dos arrestados «son personas trabajadoras» y que jamás han tenido ningún problema con las fuerzas de seguridad. El sindicato agregó que las familias están preocupadas al no saber dónde están los arrestados ni cuál es su estado de salud.

Desde el gobierno local aseguraron que sólo se vela por impedir la venta ambulante. Añadieron que cuando se incauta material, siempre que no sea falsificado, se devuelve a sus propietarios si presentan las facturas y «siempre se les trata de forma respetuosa». Hoy a las 9 horas el colectivo de senegaleses de Gandia se reúne con la edil de Seguridad, Àngels Pérez, para tratar este tema y otros de interés para la asociación.