«Al fin estamos todos juntos»

La familia del niño refugiado reitera el agradecimiento a los médicos y asegura que los hermanos «van muy felices al colegio»Osman recibe el alta en La Fe una semana después de su llegada a Valencia

Las Provincias, J. A. MARRAHÍ , 18-05-2016

Ha pasado una semana desde que la familia Ahmad llegó a Valencia procedente del campo de refugiados de Idomeni, en Grecia. Y ayer fue un día muy especial. El del reencuentro. «¡Al fin estamos todos juntos!», celebraba ayer Ata Mohamed poco después de que su hijo Osman recibiera el alta médica en el Hospital La Fe.

«Está muy bien. Sus dos hermanos se han puesto muy contentos al verlo en casa», relató el refugiado afgano sin cesar de mostrar su agradecimiento con un lenguaje universal. Le preguntamos por la atención médica en La Fe y se lleva las manos al corazón. Le pedimos su opinión de Valencia y responde con el mismo gesto, una sonrisa emocionada y cortas frases en inglés: «good», «very good» y «thank you».

La casa de Osman es, desde ayer, un modulo adaptado del Centro de Acogida al Refugiado (CAR) de Mislata. Nada más llegar a Valencia la familia tuvo que separarse para que el pequeño de siete años fuera sometida a una concienzuda revisión médica en el Hospital La Fe.

En estos siete días ha pasado por las mejores manos. Ha sido atendido por profesionales de más diez especialidades: Pediatría, Enfermedades Infecciosas, Neuropediatría, Nutrición, Genética… La conclusión de los médicos es que el estado general de Osman es bueno. Está fuera de peligro después de las pésimas condiciones de higiene y alimentación que hicieron a sus padres temer por su vida en el campo de refugiados de Idomeni.

El diagnóstico sobre su enfermedad crónica es «parálisis cerebral de origen genético que no requiere cuidados hospitalarios», según fuentes de La Fe. Eso sí, «a partir de ahora se llevarán a cabo acciones para mejorar su calidad de vida fuera del centro sanitario», añadieron. El estado del resto de la familia es bueno y los médicos ya están controlando su proceso de vacunación.

Jamil y Monir tienen nuevos compañeros. Desde el lunes acuden a diario a un colegio de Mislata próximo al CAR. «Y se están adaptando francamente bien», confirmó el director, Miquel Ruiz. El centro tiene una larga experiencia con niños refugiados o hijos de extranjeros que huyen de conflictos. Los hermanos están absorbiendo a muy buen ritmo el lenguaje y ya pronuncian el conocido «amunt València».

El siguiente paso es la entrevista de solicitud de asilo que la familia realizará esta semana en dependencias policiales. Seis meses después de iniciar este trámite, los padres ya podrían trabajar legalmente en España si surge la oportunidad.

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