El pequeño Osman, el niño afgano de siete años con parálisis cerebral que ha permanecido atrapado en el campo de refugiados de Idomeni (Grecia), sufre una pequeña anemia, pero se encuentra “estable y tranquilo” ingresado en el Hospital La Fe de Valencia, donde permanecerá unos días hasta que se le terminen de practicar todas las pruebas diagnósticas.

VALENCIA. Así, lo ha confirmado este miércoles la pediatra responsable de la Unida de Atención del Niño Internacional de La Fe, la doctora Gemma Ochando, en rueda de prensa acompañada por el padre del pequeño, Ata Mohammad Ahmad.

Ahmad ha relatado que fue precisamente Osman la razón por la que decidieron huir de la guerra de Kandahar (Afganistán) y que su vida en el campo de refugiados de Idomeni, donde pasaron más de dos meses, comenzó cuando los médicos españoles se interesaron por ellos y les hicieron ver que hay personas “sin maldad en quien se puede confiar”.

Por ello, ha explicado que ahora su familia tiene dudas de si seguir su viaje hasta Londres donde tienen un familiar, como era su idea inicial, o establecerse en España por esta atención “increíble”.

Asimismo, a la madre de Osman, de 26 años, y a sus dos hermanos de 8 y 9 años, también se les practicará en La Fe una revisión médica y las pruebas diagnósticas que necesiten antes de volver al Centro de Atención al Refugiado de Mislata (Valencia), donde pasarán las primeras semanas para recibir atención psicosocial y escolarizar a los niños.

Osman ha pasado su primera noche en La Fe donde ingresó sobre la 1:40 horas, ya que hubo un retraso en el vuelo que le trasladó desde Atenas al aeropuerto Madrid-Barajas, y recibió un primer examen preliminar. La analítica general confirma que el pequeño con 7 años pesa sólo 11 kilos, tiene una pequeña anemia consecuencia también del proceso crónico que sufre pero que es “muy leve” y que está “estable y tranquilo”, según ha explicado la doctora Ochando.

Así, en los próximos días se le realizarán diferentes pruebas y pasará por los especialistas pediátricos de nutrición, pediatría, genética, rehabilitación y traumatología para poder determinar las lesiones residuales a su patología de base. Las evaluaciones, tanto a Osman como a sus hermanos, no son sólo físicas sino que también se les practicará una evaluación psicológica y emocional. Los médicos confían en poder darlo de alta en unos días para que se reúne con su familia en el Centro de Mislata.

El padre de Osman ha contado su huída a pie de Kandahar, con algunos tramos en coche, “siempre con Osman en brazos” hasta Turquía para pasar a Grecia en barco. Sin embargo, tuvieron un naufragio y pasaron tres horas nadando hasta que los rescataron. Pensaron que habían perdido a Osman porque lo habían llevado directamente a un hospital por la cantidad de agua que tragó. De ahí, consiguieron llegar al campamento donde su vida “comenzó” con las atenciones de los médicos españoles, que le visitaban dos veces al día.

“DIGA LO QUE DIGA ES POCO”

Ahmad ha resaltado que se encuentra “muy agradecido” a todos los españoles por “la forma perfecta” con la que les ha tratado y, visiblemente emocionado y con una mano en el corazón, ha señalado que “nunca” llegará a “compensar” todo lo que han hecho por su familia. “Diga lo que diga es poco”, ha apuntado Ahmad que ha señalado que trabajará de lo que sea. En Afganistán, era tapicero de interiores de coche.

El presidente de Bomberos en Acción, Joaquín José Ruiz, ha relatado que el traslado de Osman “tenía que ser lo antes posible” porque temían por su vida. En el campamento, no tenía “nada”, vivían en una tienda para dos personas hasta que les llevaron una tienda más grande un ventilador y luz eléctrica para intentar dignificar su vida.

“QUEDAN MUCHOS OSMAN EN INDOMENI”

“Osman tiene la particularidad de sufrir parálisis cerebral pero hay muchos Osman en Indomeni que tienen que venir a Europa para tener un futuro”, ha recalcado Joaquín José Ruiz. Por ello, ha garantizado que se quedarán en Grecia trabajando “hasta que salga el último de los niños allí retenido”. Así, ha destacado la cantidad de voluntarios que se ha ofrecido para ayudar y personas para dejar a los refugiados sus segundas residencias y ha exigido a las Administraciones que “se impliquen”.

El coordinador de CEAR CV (Centro Español de Ayuda al Refugiado), Jaume Durà, ha explicado que asesoraron a Bomberos en Acción sobre cómo hacer esta labor de presión social y ha señalado que la llegada de Osman es un “un ejemplo de que cuando se quiere se puede”. En ese sentido, ha exhortado a las Administraciones a superar las “trabas burocráticas” para poder traer a los niños y sus familias que, como Osman, también necesitan de acogida para escapar de “la mayor crisis humanitaria desde la II Guerra Mundial”.

Por su parte, la consellera de Sanidad, Carmen Montón, ha explicado que cuando las condiciones del niño estén “mejor” y se tenga la garantía de que puede llevar “una vida tranquila” se pasará a la segunda fase de la acogida de buscarles un alojamiento. El Ayuntamiento de Elche (Alicante) ya ha ofrecida una vivienda. "De momento, todo va muy bien. “Los niños llevan unas horas en España y ya saben contar hasta el 10”, ha resaltado.

Para Montón, este caso es "una muestra de la solidaridad de los todos los valencianos, así como “un buen ejemplo de colaboración entre Administraciones”. Así, ha insistido en que el Consell espera “con los brazos abiertos” a los 1.400 refugiados a los que se ha ofertado traer en barco a la Comunitat Valenciana de forma gratuita gracias a Balearia.