De Europa podría decirse, al igual que de otros muchos lugares del mundo, que unas veces es madre y otra madrastra. Sólo hay que estar mínimamente al tanto de lo que ocurre en sus fronteras para que la imagen que devuelve el espejo invite a pensar. A asumir nuevos retos. Y también – por qué no – a celebrar. Porque ayer fue el Día de Europa, la conmemoración de un largo camino que hoy se ha convertido en el reto común de millones de ciudadanos. De dentro y de fuera. El recuerdo de todos ellos estuvo ayer presente el festejo que tuvo lugar en el Patio de Banderas del Ayuntamiento de Málaga, convertido en punto de encuentro (y desencuentro) de estas dos formas de ver la realidad. Porque la cita congregó a todos los partidos con representación municipal, salvo los ediles de Málaga para la Gente, que justificaban minutos antes su ausencia en el hecho de que «Europa se ha convertido en un campo de concentración», en palabras de su portavoz, Eduardo Zorrilla, y en una clara referencia a los miles de refugiados que llaman a las puertas de Europa.

Entre los que sí celebraron, una amplia representación no sólo política, sino del cuerpo consular local y de escolares, a los que en esta ocasión pusieron voz los alumnos de 4º de la ESO del Colegio las Teresianas. Entre todos dibujaron el mapa actual de una Europa que «es pionera en progreso y en expansión cultural». Así lo destacó el alcalde de la ciudad, Francisco de la Torre, quien se dirigió a los jóvenes para pedirles que sean «receptivos» con el proyecto común europeo. En la misma línea, el subdelegado del Gobierno en Málaga, Miguel Briones, destacó que «Europa merece la pena y seguirá mereciendo la pena» como un escenario donde se dan la mano «la solvencia, la cohesión social y la ayuda a la desigualdad».

Los «nativos europeos»

En ese trabajo conjunto, las nuevas generaciones juegan un papel fundamental, según recordó la delegada de Empleo de la Junta de Andalucía, Francisca Montiel. La representante del gobierno autonómico quiso establecer un símil entre la condición de «nativos digitales» de la que ya presumen los que se van incorporando al proyecto continental con la de «nativos europeos»: «Todos vosotros lo sois y entre todos tenemos que construir Europa», dijo Montiel dirigiéndose a los alumnos de las Teresianas.

En el ánimo de todos, además, el recuerdo de proyectos de intercambio cultural y educativo como el de Erasmus, que precisamente ayer recibía el premio europeo Carlos V en la persona de una de sus principales impulsoras, la profesora italiana Sofia Corradi. A este reconocimiento se refirió el diputado de Fomento e Infraestructuras, Francisco Oblaré, que pidió a los estudiantes que hagan una Europa «más grande y social». Por último, el decano del Cuerpo Consular en la Provincia y cónsul honorario de Suecia, Pedro Megías, celebró los comienzos de la institución y cerró su intervención dando paso al himno de Europa.

Con música y en diferentes idiomas introdujeron la lectura de su manifiesto Carola y Nacho, alumnos del colegio invitado en esta ocasión. Ambos recordaron los retos comunes de la Europa a la que se incorporan como ‘nativos’, pero también los retos pendientes de la unión sobre la que tendrán que trabajar ellos: «No te olvides de los refugiados que hoy están a nuestras puertas porque un día fuimos nosotros los que llamamos a ella», pidieron. Pues eso.