Tensión en la frontera Italia Austria
Italia rechaza, con el apoyo de Merkel, la barrera fronteriza que quiere levantar Austria
«Va contra las reglas europeas, la historia y el futuro», afirma el primer ministro Renzi
ABC, , 06-05-2016Italia y Austria mantienen una fuerte tensión política por la pretensión del gobierno de Viena de controlar con una barrera el paso fronterizo del Brennero en los Alpes. Se corre el riesgo además de crear un punto de fricción más en el crítico debate europeo sobre la crisis de los refugiados y el tratado de Schengen. A finales de abril, Viena anunció las siguientes medidas: “movilizar al menos 250 policías; colocar una red de 370 metros , y “en caso de necesidad enviar también soldados”, especificó el jefe de la policía tirolesa, Helmut Tomac. Viena fue incluso más lejos y casi en tono de provocación, para demostrar que no se fía de los controles de Italia, anunció que solicitará el poder hacer controles en coches y trenes en territorio italiano. El gobierno austriaco subrayó que pondría en práctica a finales de mayo estas medidas, consideradas “inevitables” por el líder de la formación de extrema derecha austriaca, Norbert Hofer, vencedor el 24 de abril en la primera ronda de las elecciones presidenciales.
La posición austriaca creó malestar e indignación en el mundo político italiano y en el empresarial, porque cerrar el Brennero supondría “un daño enorme para la economía italiana”. Se han creado ya incluso enfrentamientos en la frontera entre policía austriaca y manifestantes de centros sociales italianos. El asunto ha llegado hasta el Parlamento italiano y el primer ministro, Matteo Renzi, calificó de “propagandística” la posición austriaca: “La hipótesis de cerrar el Brennero va descaradamente contra las reglas europeas, además de contra la historia, la lógica y contra el futuro”, subrayó Renzi, al tiempo que su gobierno solicitaba la intervención de la Unión Europea. En parecidos términos volvió a expresarse este jueves Matteo Renzi, tras su reunión con la canciller Angela Merkel en Roma: “Hemos explicado nuestro desacuerdo y estupor por algunas posiciones de nuestros amigos austriacos sobre el Brennero, pero son anacrónicas y van contra la lógica y la historia. Además, el Brennero es más que un confín, es un símbolo”, manifestó Renzi, recibiendo el apoyo de la canciller alemana: “Los problemas se deben resolver de forma diferente al cierre de fronteras”, dijo Merkel.
Italia ha sido criticada en el pasado por fracasar en una identificación apropiada de los inmigrantes que llegan a sus costas, facilitando que salgan de territorio italiano con destino a otras naciones europeas. Esto le sirve ahora de justificación a Austria para imponer una línea dura en la frontera con Italia. Viena desea evitar a toda costa que se repita la situación del pasado año: 700.000 extranjeros llegaron a Austria en el 2015 y permanecieron 200.000.
Además del enorme carácter simbólico que tiene el paso fronterizo del Brennero, hay coincidencia general en destacar que el plan austriaco supondría un duro golpe al tráfico y a la economía italiana, además de mostrar las debilidades de la Europa de las libertades a causa de la inmigración. Los datos son muy significativos: Por el Brennero pasan, en jornadas normales, 40.000 vehículos al día, cifra que se duplica en periodos de gran tráfico; además, ésta es la arteria por la que circula gran parte de los 50.000 millones de euros de las exportaciones italianas hacia Alemania, el principal cliente del país.
La dimensión del tráfico y de los intercambios es de tal magnitud que un control en la frontera de pocos segundos sería suficiente para producir una congestión infernal. Baste señalar que entre las 5 de la mañana y las 10 de la noche de una jornada tranquila cruzan el Brennero desde Italia un camión con remolque cada siete segundos.
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