La derecha radical alemana, representada por Alternativa por Alemania (AfD), reanudó hoy su congreso federal volcado en las propuestas para frenar la inmigración al país y salpicado por acciones hostiles izquierdistas.

La llegada de los 2.000 delegados a la sede del congreso, a 15 kilómetros del centro urbano de Stuttgart, discurrió sin incidentes, después de los conatos de bloqueo de más de 1.500 manifestantes, el sábado, que derivaron en 500 detenciones temporales.

Los arrestados quedaron en libertad la misma noche del sábado, informaron hoy fuentes policiales, mientras en torno a todo el recinto ferial donde se celebra el congreso se mantenía un férreo cordón de seguridad.

Desde la presidencia de la AfD se denunció, en la apertura de la segunda jornada, la filtración en un portal de internet de signo izquierdista de los nombres, apellidos y números de teléfono de los delegados asistentes al congreso.

Si en las sesiones del sábado apenas se pudo avanzar en 2 de los 14 puntos del programa del partido, en medio de un caos organizativo considerable y con constantes problemas de procedimiento, hoy se reanudaron los debates con nuevas propuestas de modificación de lo teóricamente aprobado.

Una moción en la que se proponían restricciones drásticas a la llegada de inmigrantes , especialmente los musulmanes, quedó en suspenso, ante los argumentos de que el partido no era “esencialmente” contrario a ésta ni aspiraba a su prohibición.

La jornada inaugural quedó marcada por la formulación del copresidente del partido, Jörg Meuthen, calificando a la AfD de representante de un “patriotismo sin complejos”, dispuesta a “presentar resistencia a la llegada incontrolada de inmigración de otras culturas”.

Meuthen fue la voz del ala radical, que aboga por prohibir los símbolos del islam desde minaretes al burka por considerarlo una "ideología anticonstitucional, mientras la líder y rostro más mediático del partido, Frauke Petry, llamó a la cohesión.