pamplona – Un estudio presentado en el contexto de las Jornadas sobre Acompañamiento en procesos de “duelo migratorio y reagrupación familiar”, organizadas en Pamplona por la asociación SEI, confirma la necesidad de volcar los recursos sociales y educativos en las familias que se rompen y recomponen a causa del proceso migratorio ya que, según los casos atendidos, un 40% de los adolescentes que llegan a Navarra siguiendo los pasos de sus padres y madres que habían venido a trabajar acaban repitiendo curso debido a una incorporación tardía o el diferente nivel que hay entre la exigencia educativa navarra y el sistema escolar de sus países de origen. A las jornadas acudieron 100 personas, sobre todo profesionales de Servicios Sociales, de centros educativos, así como de entidades sociales.

Su objetivo era “crear un espacio de reflexión sobre diferentes temáticas directamente relacionadas con los procesos migratorios”. La presentación corrió a cargo de María Díaz de Rada, presidenta de la Asociación SEI, y Josune Legal Erro, directora del Servicio de Atención Primaria e Inclusión Social de Gobierno de Navarra. También participaron Antidio Martínez de Lizarrondo, director del Servicio de Observatorio de la Realidad Social, del Departamento de Derechos Sociales del Gobierno de Navarra, y Miguel Ángel Arana, de la Jefatura de negociado de proyectos de inclusión social del Gobierno de Navarra, y Mikel Gurbindo Marín, subdirector de familia.

Por parte de los organizadores intervinieron Maite Ziganda San Martín, coordinadora de la Asociación SEI, y Oskia Azcárate Garriz, responsable del Programa de intervención Directa del SEI, quien expuso las principales líneas trabajo y propuestas a futuro. Amaia Ciaurriz Larraz, socióloga de la Asociación SEI, presentó además el estudio sociológico que se ha estado elaborando durante los 6 últimos meses, recopilando datos desde el año 2000 hasta la actualidad, con el que se pudo conocer el perfil de estas familias, y, en concreto, de los menores recién migrados, y el resultado que el trabajo de la asociación tienen en la integración y adaptación de las personas recién migradas y sus familias. En este estudio, las conclusiones más relevantes son que la asociación SEI “es un recurso necesario para las personas recién migradas, en concreto para las personas adolescentes que acoge, ya que supone la puerta de entrada a la nueva realidad a la que se enfrentan”. “Estas personas pasan por un proceso de duelo migratorio, en el que necesitan de un acompañamiento para facilitar su integración”, dijo.

Se impone trabajar los procesos de reagrupación familiar, que a menudo resultan difíciles al estar tanto tiempo separados hijos e hijas de sus padres y madres. Así, las personas que acceden al SEI están una media de separación de 7 años. Además, entre las necesidades más destacadas destacan los choques culturales con lo que se enfrentan las personas migradas al llegar aquí, el cambio de costumbres, de clima, de idioma, de colegio… “En definitiva, son cambios radicales que sufren en sus vidas, y, por ello, es necesaria la existencia de asociaciones que apoyen, intervengan y trabajen cada uno de los aspectos que suponen un obstáculo para su integración personal y social”, afirmó. – D.N.

datos de la muestra

Origen. La mayoría de las personas proceden de países de América Latina, Senegal, Marruecos, Bulgaria o China.

Barrios. La mayoría de ellos viven en barrios como la Milagrosa, que representa el 15,36%, o en el Ensanche, el 14,95%.

Vivienda. Un 61,5% viven alquilados y un 24,63% comparten piso con terceros.

Tipo de familia. Un 35,35%, son familias monomarentales (madre e hijos), el 33,93% mantiene el núcleo familiar de origen, y el 20,3% lo forman familias reconstruidas.

Tipo de familia. Las mujeres trabajan en servicio doméstico (un 9%, internas) y los hombres en la construcción. El paro es más alto entre estos. La conciliación laboral y familiar es compleja.