fue hace mes y medio cuando la asociación de mujeres Emeki de Hondarribia dio el paso de intentar aportar su grano de arena para paliar, en lo posible, la situación de los refugiados sirios que huyen de la guerra y que desde hace meses llaman a las puertas de Europa y se quedan atrapados, dándose de bruces con ellas.

Anoche, dos camiones tráiler, llenos de ropa, calzado, mantas y productos de higiene personal e infantil, partieron desde Hondarribia rumbo al campo de refugiados sirios de Katsika, donde serán repartidos por la ONG madrileña Olvidados, una entidad que surgió en su momento para ayudar a gente humilde en barrios de Madrid como El Pozo y que ahora trabaja en Grecia, entre otros lugares.

Allí, contarán con la ayuda de seis voluntarias hondarribiarras que se van a desplazar el próximo lunes y con la de Asier Pérez Karkamo, periodista de Hitza en Hondarribia, que viaja desde anoche en uno de los camiones y compaginará su tarea profesional con la del propio reparto en el campo de Katsika.

El transporte no le ha costado un duro a Emeki, ya que la empresa de transportes Echemar, de Lezo, se ofreció a costearlo y llevarlo a cabo. “Vimos que era un proyecto muy bonito y hemos querido contribuir a él con nuestro trabajo y la experiencia de nuestros conductores”, decía ayer Josema Echarri, gerente de esta empresa que tiene alrededor de 300 trabajadores.

voluntarias Maite García, de 66 años, Edurne Nogueras (60), Lourdes Retegi (60), Mari Jose Aseginolaza (61), Marije Zapiain (64) e Izaskun Eizagirre (66) son las seis voluntarias que viajarán el lunes a Grecia para participar en el reparto de todo lo recogido por Emeki. Ayer, decían que no querían que sus nombres figuraran en los medios de comunicación, “porque lo más importante es el trabajo que ha hecho Emeki para montar todo esto y, sobre todo, la solidaridad de tanta gente que ha llevado su aportación para los refugiados”.

“Todos sabemos que a veces, las iniciativas solidarias generan cierta desconfianza, porque la gente se pregunta si aquello que ha aportado acabará llegando de verdad a quienes eran sus destinatarios. Hacer este viaje a Grecia y ayudar allí es la culminación de todo lo que se ha hecho este último mes desde Emeki. Así, la gente sabrá, a través de nosotras y de la cobertura de los medios, que su ayuda ha llegado a los refugiados de forma efectiva”, explicaba Mari Jose Aseginolaza, una de las voluntarias.

Las seis mujeres hondarribiarras son conscientes de que se disponen a vivir una experiencia “gratificante, la de ayudar a gente que necesita de todo, pero a la vez muy dura, por la situación que están viviendo los refugiados y, entre ellos, de forma especial, los niños”.

la cifra

20

Son las toneladas de ropa, calzado y otros enseres que partieron ayer desde Hondarribia a Grecia. Emeki hizo la recogida entre el 24 de marzo y el 10 de abril. En el convoy hay también ocho palés de comida del Banco de Alimentos y ropa interior, pañales, toallitas, compresas, crema solar y gorras para los niños.

detalles

Seguimiento. Emeki Elkartea ha abierto una página en Facebook (www.facebook.com/emekisos) en la que cualquier persona interesada puede seguir el camino del convoy y el reparto en el que colaborarán las seis voluntarias hondarribiarras.

Zaporeak, enlace inicial. El grupo vasco que está cocinando para los refugiados en Grecia fue el primer enlace para las gestiones de Emeki a la hora de concretar adónde y cómo hacer el envío de todo lo recogido. “A partir de ahí, se ha trabajado en red con multitud de entidades y ONG de todas partes, desde Madrid a Andalucía, Extremadura o Asturias hasta que se concretó y cerró la posibilidad de ir a Katsika y hacer el reparto allí de la mano de Olvidados”, explicaba la presidenta de Emeki, Leire Míguez.

Agradecimiento. Desde Emeki decían ayer no tener “suficientes palabras para agradecer a toda la gente que se ha volcado en esta iniciativa”. Entre ellos han estado cientos de ciudadanos que han venido “desde Hondarribia, desde Irun, Errenteria, Donostia o hasta incluso Pamplona”, así como tiendas de ropa que han traído género nuevo a estrenar, la sociedad Klink, que organizó una comida solidaria que recaudó 3.300 euros (y para la que numerosos proveedores aportaron el género de forma gratuita). También el propio Ayuntamiento de Hondarribia aportó 2.000 euros y el porte a las instalaciones de Echemar en Lezo.