La plaza Atsegindegi de Hernani acogió ayer una nueva edición de la fiesta gastronómica organizada desde el colectivo de inmigrantes y autóctonos Amher. Un año más, el evento se convirtió en una fiesta por la integración, una iniciativa que surgió de manera tímida pero que con el paso de los años ha ido tomando un gran protagonismo. Si los primeros años apenas eran unos pocos los que se animaban a acudir a esta cita a mostrar los platos de cada uno de los países, en las última ediciones ese número ha sido mucho mayor y la realidad es que también son cada vez más los hernaniarras que aprovechan la ocasión para acercarse y disfrutar la multiculturalidad y la gastronomía.

Lo cierto es que la fiesta gastronómica organizada desde el colectivo Amher sirve año tras año para realizar un viaje por buena parte del mundo a través de sus platos tradicionales. La cada vez mayor llegada de personas de otros lugares brinda estas oportunidades y permite promover festejos en los que sin salir del propio municipio se pueden degustar platos dispares y de distinta procedencia.

Este año, nuevamente los inmigrantes , con la elaboración de sus platos, volvieron a ser los protagonistas de la jornada. La fórmula en Hernani es sencilla: todo inmigrante que quiera acude a la cita con un plato típico de su país y ofrece la posibilidad de degustarlo. Basta con saber los platos que se degustaron ayer para comprobar el éxito de esta iniciativa: Argentina (pastaflora, mate y dulce de leche), Bolivia (charque), Colombia (empanadas), Ecuador (bolón de verde, sopa de quinua, fritada), Honduras (nacatamal, tacos de ternera, yuca con cerdo), Nicaragua (buñuelos de yuca, chancho con yuca), Chile (empanadas de pino), Guatemala (rellenitos de plátano), Argelia (buñuelos), Sáhara (cus cus, té verde), Nigeria (guiso de carne con espinaca), Senegal (thiebu yapp, tyakry), Guinea Conakri (cutu, bolas de yuca con salsa), Rusia (chebureki), Mongolia (tsuiwan, buuz), Cachemira (pakoras), País Vasco (pimientos rellenos), Uzbekistán (paella típica), Rumanía (sarmale: rollitos de carne con hojas de repollo) e Irlanda (pastel de pastor).

También se organizó un taller de cocina para niños y adolescentes de 10 a 12 años. Fue a las diez de la mañana en la sociedad Santa Bárbara, donde prepararon pan árabe y rosquillas. Tuvieron la ocasión de probar y crear.