Se busca 'barco fantasma' con 400 inmigrantes
El Mundo, , 19-04-2016El ministro de Asuntos Exteriores italiano, Paolo Gentiloni, aseguró ayer que se había producido un nuevo naufragio en el Mediterráneo que habría causado «centenares de víctimas». El presidente de Italia, Sergio Matarella, también habló de la «enésima tragedia en la que mueren centenares de personas». Y el portavoz del Gobierno somalí, Abdisalan Aato, aseguró a la agencia DPA en Mogadiscio que alrededor de 500 inmigrantes viajaban en las embarcaciones, y que «muchos» habrían fallecido.
Pero anoche no se había encontrado ni un solo cuerpo, ni nadie estaba participando en las labores de rescate. Si los inmigrantes se echaron al mar, las aguas los engulleron sin dejar rastro.
La cadena BBC en árabe se hizo eco de la estremecedora noticia: 400 personas que viajaban en cuatro embarcaciones habrían desaparecido en el Mediterráneo, frente a la costa de Egipto, cuando intentaban alcanzar Italia. La mayoría provenían de Somalia, pero también había personas procedentes de Etiopía y Eritrea. Asimismo, el presidente de Somalia, Ahmed Mohamed Mohamud Silanyo, difundió un comunicado: «Estamos muy consternados por este accidente en el que, según nos informan, murieron muchos de nuestros jóvenes», decía el escrito.
El presidente italiano, Sergio Matarella, se pronunció rápidamente en cuanto se dio a conocer la información. «Es verdaderamente necesario pensar en lo que es importante, ante la enésima tragedia en la que mueren centenares de personas, y a un año del naufragio en el que fallecieron 800», declaró durante la ceremonia de presentación de los candidatos a los premios de David dei Donatello.
Gentiloni viajó ayer a Luxemburgo y defendió que «el nuevo naufragio» supone una razón más «para decir a Europa que en este momento no se deben levantar muros, sino multiplicar esfuerzos». El ministro de Asuntos Exteriores pretende discutir en Luxemburgo la polémica surgida por el muro que Austria ha empezado a construir en el paso de montaña del Brennero, en los Alpes, para evitar la entrada de inmigrantes en su territorio desde Italia.
Asimismo, el responsable italiano de la cartera de Exteriores detalló que el barco hundido había partido de Egipto, pero dijo que aún no estaba claro dónde se había producido el naufragio exactamente. De hecho, esa es el gran enigma. Nadie lo sabe.
La portavoz de la agencia europea de fronteras Frontex, Izabella Cooper, declinó proporcionar información sobre la posible tragedia porque, dijo, la agencia no estaba participando en las labores de rescate, ni tenía una confirmación oficial de lo sucedido. La respuesta de la Marina Militar italiana fue similar. Ni negaron ni corroboraron el naufragio, y se escudaron en lo mismo: que sus efectivos tampoco habían sido movilizados para ayudar a posibles inmigrantes en problemas o a la deriva.
Sergio Savastano, comandante de la corbeta italiana Sfinge, que ha participado en decenas de rescates de inmigrantes , explica que las embarcaciones en las que viajan los refugiados son de escasos metros y pueden ser fácilmente embestidas por un mercante o un barco más grande sin que ésta última nave se dé cuenta. Y también destaca que la posibilidad de ver las pateras por la noche es nula, pues avanzan muy lentamente, sin ninguna luz, ni radar. Para algunos expertos, cabe la posibilidad de que no sólo se haya hundido una embarcación, sino dos en el mismo día. De ahí la confusión.
Los pescadores italianos dicen que el Mediterráneo se está convirtiendo en un cementerio. El número real de inmigrantes fallecidos en sus aguas nunca se sabrá. Se da la circunstancia de que este lunes 18 de abril hace justo un año que se hundió una embarcación en el canal de Sicilia, a unas 60 millas de Libia, con 800 inmigrantes a bordo. O al menos eso se cree: el número exacto de inmigrantes fallecidos sigue siendo una incógnita. Los cuerpos y la embarcación continúan bajo el mar.
Esa tragedia es lo que, en cierta manera, marcó un antes y después e hizo que la Unión Europea reaccionara y pusiera en marcha su operación Sophia, para vigilar el Mediterráneo al sur de la isla italiana de Lampedusa con el objetivo de dificultar el movimiento de traficantes de personas y evitar más muertes de inmigrantes .
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