Desaparecen 400 inmigrantes en el mar tras naufragar camino de Italia

Eran somalíes, eritreos y etíopes que viajaban en cuatro barcazas que partieron de Egipto

La Voz de Galicia, CRISTINA PORTEIRO bruselas / corresponsal,, 19-04-2016

La tragedia vuelve a cebarse con los migrantes al sur del Mediterráneo. Al menos 400 personas permanecen desaparecidas desde ayer tras el hundimiento de cuatro embarcaciones en las que viajaban a bordo centenares de somalíes, eritreos y etíopes rumbo a Italia. La noticia fue comunicada por el ministro de Exteriores italiano, Paolo Gentiloni, durante la reunión que mantuvo con sus homólogos en Luxemburgo. Según su relato de los hechos, las barcazas habrían partido de un puerto egipcio, aunque el Gobierno de El Cairo se negó ayer a dar más datos.

PUBLICIDAD

inRead invented by Teads
El jefe de la diplomacia alemana, Frank-Walter Steinmeier, rebajó la cifra de desaparecidos tras confirmar la información: «Deberían ser más de 300 víctimas», pero Gentiloni dejó a un lado las cifras para centrarse en lo que significan. El Gobierno italiano ya advirtió en multitud de ocasiones que otra tragedia de grandes dimensiones tendría lugar si no se redoblaba el apoyo a los países de origen, tránsito y partida. «Lo que es seguro es que otra vez más estamos frente a una tragedia en el Mediterráneo, exactamente un año después de la tragedia, no en aguas egipcias, sino libias», lamentó antes de pedir a sus socios que apoyen la propuesta del Gobierno de Matteo Renzi de «multiplicar las inversiones» en los países africanos, un aliciente para que traten de contener los flujos de personas y desaten una batalla sin tregua contra los traficantes de personas que operan desde el norte de África.

En efecto, se cumple un año exacto del naufragio en el canal de Sicilia. Unas 800 personas que trataban de alcanzar Europa se fueron a pique junto al pesquero que los trasladaba. Los líderes europeos se llevaron las manos a la cabeza y empezó el teatrillo. Las reuniones extraordinarias de ministros, las cumbres hasta altas horas de la madrugada, los compromisos, los incumplimientos, los reproches, los silencios incómodos y poco a poco las rebajas, las expectativas de corto alcance, el fracaso y, finalmente, el olvido. Europa vuelve al punto de partida, haciendo recuento de las víctimas que se quedaron por el camino.

La llegada de migrantes por la frontera greco-turca se ha reducido a menos de la mitad desde que el acuerdo con Turquía entró en vigor, según Frontex. El organismo celebró ayer la mejora en el control de las fronteras externas y en la gestión de los flujos migratorios de una forma más «racional y justa», pero quizá sus funcionarios no tenían puesta la vista en el norte de África.

La agencia aseguró que no hay «signos de un giro significativo de inmigrantes desde otras rutas» hacia el Mediterráneo Oriental. Pero lo cierto es que, aunque no haya un trasvase, las llegadas de migrantes a Italia por mar se han duplicado desde febrero. Frontex lo achaca a las buenas condiciones meteorológicas, como el año pasado, pero a diferencia del 2015, las llegadas se multiplicaron por tres. Acnur calcula que en el 2016 llegaron a Italia unas 24.443 personas y otras 350 se habrían muerto en el mar. La UE sigue impávida, sin respuestas. Amaina la tempestad a las puertas de Grecia, pero arrecia en las italianas.

Alemania rechaza la idea de Renzi de cubrir el coste de la crisis migratoria con eurobonos
Italia no es Grecia. Por eso el no que ayer le espetó Berlín al primer ministro italiano, Matteo Renzi, no sonó como el portazo habitual que suele dar el Gobierno alemán cuando una propuesta no le suena bien. El portavoz de Merkel, Steffen Seibert, no se anduvo por las ramas a la hora de desestimar la petición de Roma de lanzar eurobonos para sufragar el coste de aquellos proyectos encaminados a controlar los flujos migratorios desde terceros países: «No vemos fundamentos para una financiación compartida de la deuda derivada de los gastos de los Estados miembro en materia de inmigración. Pero estudiaremos profundamente la propuesta italiana», aseguró.

Reparto común de refugiados sí, pero cada uno con la mano en su bolsillo. El Gobierno de Angela Merkel no quiere oír hablar de una hucha común y tampoco quiere seguir extendiendo cheques cuantiosos, como el firmado con Turquía, a otros países para que solucionen la incapacidad de la UE de controlar sus fronteras externas.

Apoyo de España
Sin embargo, Renzi no está dispuesto a dar la batalla por perdida. Y mucho menos con una nueva crisis migratoria asomando y agitando los brazos detrás de la puerta. Se niega a convertir Italia en otro gigantesco campo de refugiados como Grecia. Ha analizado el estado de ánimo de otros socios, entre ellos España, que también teme que la inestabilidad trasladada al Mediterráneo Oriental acabe extendiéndose hasta su frontera. El ministro de Exteriores, García Margallo, advirtió ayer a sus homólogos europeos de que es «muy urgente» que la operación naval de la UE contra las mafias de migrantes en el Mediterráneo pueda actuar en aguas libias.

La inquietud es fundada. El Gobierno español sospecha que los flujos de inmigrantes aumentarán «los próximos meses». Tanto Italia como España sugirieron tras la firma del acuerdo entre la UE y Turquía que se necesitarían otros apretones de manos con socios como Marruecos para evitar movimientos migratorios desde otros flancos.

A pesar de la cerrazón de Berlín, el programa de medidas presentado por Renzi cuenta con el apoyo inicial de la Comisión. «Siempre hemos apoyado la idea de que para financiar las políticas de inmigración hay que ser imaginativos, así que tomamos buena nota de la propuesta italiana», admitió ayer su portavoz, Margaritis Schinas.

AMPLIAR IMAGEN
STOYAN NENOV | REUTERS
La policía griega inicia el desalojo del campo improvisado en El Pireo
La policía griega empezó a desalojar ayer el campo de refugiados improvisado en el puerto de El Pireo. La operación contó con el apoyo de varios autobuses que tenían como objetivo trasladar a 500 de las 3.700 personas allí concentradas a un cercano centro de acogida. Las autoridades griegas, que esperan completar el desalojo antes de finalizar la semana, están muy presionadas por el inicio de la temporada turística, una de sus mayores fuentes de ingresos del país, y que tiene en El Pireo un importante nudo de conexiones. Mientras tanto, en Idomeni, la policía intentó desalojar a decenas de manifestantes que habían bloqueado las vías de tren. La tensión aumentó tras un accidente que obligó a trasladar a un refugiado herido en la cabeza a un hospital próximo. Varios refugiados consideraron que el hombre fue atropellado por una furgoneta de la policía, por lo que reaccionaron apedreando el vehículo sospechoso, que resultó dañado.

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)