«Un puñetazo en el estómago de Europa»

La biógrafa del Papa Francisco advierte de que su discurso molesta al ‘establishment"

El Mundo, LLUÍS MIQUEL HURTADO LESBOS, 17-04-2016

«Jesús fue un refugiado que tuvo
que huir para salvar la vida». El Sumo
Pontífice pronunció esta sentencia
hace casi dos años. Este mensaje
sigue vigente en boca de Francisco
con tal magnitud que el Pontífice eligió
como primer destino apostólico
de su Papado, en 2013, la isla italiana
de Lampedusa. Para entonces, era
escenario de la llegada masiva de inmigrantes
irregulares de África, un
drama que se ha trasladado en 2015
a islas griegas como Lesbos.
Elisabetta Piqué, biógrafa del Santo
Padre, recuerda que éste acudió a
Lampedusa por iniciativa propia,
conmovido por las horrendas imágenes
de miles de refugiados tratando
de alcanzar Europa. El drama de los
refugiados fluye por lo más íntimo
de Jorge Mario Bergoglio: «Él sabe
que es hijo de inmigrantes italianos
llegados a Argentina –huidos de la
dictadura de Mussolini–, así que el
tema de la migración lo lleva siempre
consigo», enfatiza Piqué.
La biógrafa y vaticanista destaca
la «coherencia» del mensaje del Papa.
«Es la voz de los que no tienen
voz en un momento en el que en el
mundo está ocurriendo un drama
en la indiferencia absoluta».
Durante la misa del último Domingo
de Ramos, el Pontífice comparó
el rechazo de algunos países
de Europa a acoger refugiados con
la decisión de Poncio Pilato de no
perdonar la vida de Jesús. A Jesús
«le fue denegada la Justicia», lamentó
el Santo Padre. «Jesús también
sufrió en sus propias carnes la
indiferencia, porque nadie quiso hacerse
responsable de su destino»,
continuó. «Y estoy pensando en muchos,
muchos en los márgenes, muchos
refugiados» para los que «muchos
otros no quieren asumir la responsabilidad
en su destino»,
remachó, en una clara alusión a la
actitud de Bruselas.
Por eso, para Elisabetta Piqué, el
viaje a Lesbos es, como lo fue el de
Lampedusa, un «puñetazo en el estómago
» a los gobiernos europeos.
«El discurso del Papa molesta al establishment
de Europa», opina la escritora,
que mantiene sus reservas
sobre la efectividad del viaje a Grecia
en el plano de la controvertida política
migratoria de la Unión Europea.
Desde el 4 de abril, Bruselas ha devuelto
a 325 personas que habían llegado
a la costa griega.
Piqué enfatiza que «el Papa no es
un político, pero sí un animal político
» dispuesto a influir sobre «quienes
toman las decisiones». Las denuncias
públicas constantes del Papa
Francisco «especialmente angustiado
y preocupado» por la tragedia
de los refugiados, en palabras de la
periodista, han sido uno de los lados
más remarcados de la política exterior
vaticana enmarcada en lo que
varios expertos definen como «visión
desde la periferia».
El Pontífice «ha cambiado el discurso
político mundial, con el llamamiento
(…) a poner en el centro de la
agenda la dignidad de la persona, invitando
a ver el mundo desde la periferia
», prologa el ministro de Exteriores
italiano Paolo Gentiloni en el
libro El mundo de Francisco – Bergoglio
y la política internacional (Actualidad
e historia).
Desde su elección como Papa,
Francisco ha criticado los modelos
políticos imperantes y ha mediado
para la reconciliación en Oriente
Próximo, en Latinoamérica y en
otros rincones del sur del mundo.

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)