Viaje papal al agujero de Europa
Francisco visita hoy la prisión de Moria, donde la UE detiene a más de 2.500 refugiados Disminuye el tamaño del texto Aumenta el tamaño del texto
El Mundo, , 16-04-2016El Santo Padre llega este sábado a Lesbos para apuntar con su dedo a aquello que la Unión Europea ignora. Una isla, junto a otras griegas como Samos, Quíos o Kos, frente a la mayor tragedia migratoria en suelo europeo desde la Segunda Guerra Mundial. Francisco aterrizará por la mañana en Mitilene, la capital, donde será recibido a pie de pista por el primer ministro heleno, Alexis Tsipras, el Patriarca Ecuménico de Constantinopla Bartolomé y el Arzobispo de Atenas, Jerónimo.
Tras una recepción en las instalaciones aeroportuarias, la comitiva pontifical se dirigirá a la controvertida prisión de Moria. Situada en medio de un olivar a las afueras de Mitilene. Está cercada por gruesos muros de hormigón, seguidos de una alta verja copada con alambre espinoso. Con capacidad para 2.500 personas como mucho, hoy la habitan 3.500. Y serían más si no fuese porque 700 refugiados, de familias sirias, han sido enviadas esta semana al campamento de Kara Tepe.
A fin de evitar que las cámaras que acompañen al trío ecuménico ilustren las denuncias del Sumo Pontífice, las autoridades han aplicado chapa y pintura a Moria. Donde hace dos semanas faltaba agua caliente, comida, camas y hasta techo, hoy hay limpieza, más alimentos y comodidades. Ayer se regaló ropa a todos los internos arrestados en la cárcel, llamada eufemísticamente «centros de acogida» por la Unión Europea. «Hasta los policías se han vuelto simpáticos», ironiza un sirio preso, por teléfono, a EL MUNDO.
Pero las mejoras en Moria no son suficientes en un país que alberga a 53.666 refugiados registrados, según el último recuento del Centro griego de Coordinación de la Crisis de Refugiados. La mayoría son llegados antes del 20 de marzo pasado, fecha a partir de la cual todos los que alcancen vivos Grecia deben ser devueltos a Turquía. Este bloque mayoritario dispone de permisos temporales de estancia en Grecia –diferentes según nacionalidad– y se topan con toda frontera, como la macedonia, cerrada.
Los presos en Moria están sujetos a deportación por haber llegado o haber sido registrados tras el 20 del mes pasado. Según Atenas, la mayor parte de ellos han pedido asilo en Grecia. Bruselas quiere que se resuelva su solicitud de asilo una vez sean deportados a Turquía. Las deportaciones empezaron el 4 de abril pasado con gran pompa, pero se han frenado, entre lamentos del Gobierno griego de falta de funcionarios para gestionar las peticiones de asilo.
Desde entonces hasta hoy sólo se han devuelto de Grecia a Turquía 325 personas, dos de ellas sirias. Sólo se han relocalizado a 79 sirios de Turquía a la UE, un número menor al de personas llegadas a la costa griega. Eso contradice el mecanismo llamado «uno por uno», que asegura la relocalización de un refugiado en Europa por cada uno que arribe a Grecia. La ineficacia del acuerdo Ankara-Bruselas inquieta a sus víctimas, los refugiados, que ayer protestaron en Moria y este sábado, anuncian, repetirán frente al Papa.
El máximo representante de la comunidad católica, unido a los líderes ortodoxos Bartolomé y Jerónimo, firmará dentro de la prisión de Moria una declaración de apoyo a los refugiados. Se espera que ésta sea dura con la Unión Europea, a la que el Papa acusó recientemente, durante la misa del Domingo de Ramos, de permanecer «indiferente» ante la crisis de refugiados. La UE apenas ha acogido, mediante el sistema de realojo, a unas 600 personas, de las 160.000 a las que se comprometió a finales del año pasado.
El último miércoles, durante un «llamamiento» en la Plaza de San Pedro, el Pontífice enfatizó que su viaje a Lesbos busca «expresar cercanía y solidaridad tanto a los prófugos como a los ciudadanos de Lesbos y a todo el pueblo griego, tan generoso en la acogida». Este mensaje lo remachará Francisco en el último acto de su visita, cuando, al salir de Moria, visite el puerto de Mitilene, donde se citará con los pacientes vecinos de Lesbos y rezará por quienes han muerto a las puertas de Europa sólo por desear una vida mejor.
UNA COMIDA CON OCHO REFUGIADOS
El Papa comerá con ocho solicitantes de asilo. El Pontífice sólo pasará cinco horas en la isla de Lesbos, pero las aprovechará. Después de la visita a Mitilene, la capital, y la recepción con el primer ministro griego, Alexis Tsipras, comerá con un pequeño grupo de refugiados en el propio centro de detención de Moria, a unos 15 minutos de Mitilene.
Saludo a 400 personas. Francisco saludará, al menos, a 150 menores y a 250 adultos que estarán reunidos en una tienda ubicada en el espacio normalmente utilizado para el registro de los refugiados, dentro de la prisión.
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