El Papa Francisco reclama responsabilidad al mundo y se lleva a Roma a doce refugiados

Gara, NAIZ, 16-04-2016

El papa y los líderes de la Iglesia ortodoxa griega han unido sus voces para reclamar al mundo que asuma la responsabilidad y ayude a los millones de refugiados que han huido de sus países y se han encontrado en Europa con barreras y pasividad por parte de los líderes políticos.

Bergoglio ha querido predicar con el ejemplo y tras una breve a la isla de Lesbos, puerta de entrada y al mismo tiempo destino final para la mayoría de los refugiados en su éxodo hacia Europa, se ha llevado consigo en el avión papal a doce sirios, la mitad de ellas menores de edad, según ha indicado el portavoz vaticano, Federico Lombardi.

Lo ha hecho tras una visita junto al patriarca Bartolomé de Constantinopla y el arzobispo de Atenas y toda Grecia Jerónimo II al centro de refugiados de Moria, reconvertido en centro de detención en virtud del acuerdo firmado en marzo entre la Unión Europea y Turquía que contempla la devolución de los refugiados a ese país vecino.

Pese a que las condiciones en Moria han mejorado en cuanto a higiene se refiere, y en los últimos días han sido trasladados al campamento abierto de Kara Tepé todos los refugiados que forman parte de grupos vulnerables, no deja de ser una cárcel para las 3.000 personas que se hacinan allí, incluidos niños.

«¡Libertad, libertad!», «¡Libertad de movimientos!» han sido algunos de los gritos que los tres líderes religiosos, a los que se les ha sumado luego el primer ministro griego, Alexis Tsipras, han escuchado durante el recorrido por este centro rodeado de una valla coronada por alambre espino.

Las familias que se ha llevado en el avión papal no provienen de este centro cerrado, sino precisamente de Kara Tepé, que actualmente alberga a un millar de personas, en su mayoría madres, niños, personas con discapacidades o problemas de salud.

«Hemos venido para atraer la atención del mundo ante esta grave crisis humanitaria y para implorar la solución de la misma», ha dicho Francisco en Moria.

Francisco, Bartolomé y Jerónimo II han firmado en presencia de los refugiados una declaración conjunta en la que han emplazado a la comunidad internacional a que afronte «con valentía» esta crisis, a redoblar sus esfuerzos diplomáticos por resolverla y en la que piden que «la protección de vidas humanas sea una prioridad».

Crisis humanitaria

En esta declaración describen la situación como «una de las más graves crisis humanitarias desde el final de la Segunda Guerra Mundial» y solicitan a la comunidad internacional que responda con «solidaridad, compasión, generosidad y un inmediato compromiso efectivo de recursos».

Durante su visita a Moria, algunos menores han entregado al papa dibujos, otros le han cantado, pero también ha tenido que escuchar el llanto de mujeres y niños que le han descrito su drama personal.

Posiblemente, el discurso más duro lo ha pronunciado Jerónimo II, quien ha lamentado la «bancarrota» de la humanidad y la falta de solidaridad manifestada por Europa en los últimos años ante el drama de los refugiados.

En un posterior discurso en el puerto de Mitilene, la capital de Lesbos, Francisco ha emplazado a Europa a garantizar que los refugiados tengan garantizados los derechos humanos en este continente, que ha descrito como «patria» de esos derechos.

«La preocupación de las instituciones y de la gente, tanto aquí en Grecia como en otros países de Europa, es comprensible y legítima. Sin embargo, no debemos olvidar que los emigrantes, antes que números son personas, son rostros, nombres, historias», ha dicho Francisco en el puerto.

«Europa es la patria de los derechos humanos, y cualquiera que ponga pie en suelo europeo debería poder experimentarlo. Así será más consciente de deberlos a su vez respetar y defender. Por desgracia, algunos, entre ellos muchos niños, no han conseguido ni siquiera llegar: han perdido la vida en el mar, víctimas de un viaje inhumano y sometidos a las vejaciones de verdugos infames», ha añadido.

En el puerto los tres líderes religiosos han pronunciado oraciones,y han mantenido un minuto de silencio en memoria de las víctimas de la migración.

Además, han arojado al mar tres coronas de laurel, en recuerdo de las miles de personas que en su intento de llegar a puerto segundo huyendo de la guerra han dejado sus vidas en el mar.

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