De centro de acogida a campo de concentración

Diario Sur, D. MENOR , 16-04-2016

De campamento de acogida a centro de detención. Eso es en lo que se ha convertido el campo de Moria, cuya realidad el Papa conocerá de primera mano durante su visita hoy a Lesbos. Con la firma del acuerdo entre Bruselas y Ankara el pasado 18 de marzo, este lugar en el que malviven unas 2.500 personas, un 40% de ellas niños, ha pasado a ser una prisión. En teoría el campamento de Moria debería ir vaciándose con las deportaciones de inmigrantes y refugiados a Turquía, pero hasta ahora la UE sólo ha devuelto a Turquía a 325 personas.

Federica Zamatto, de Médicos Sin Fronteras, pudo entrar hace unos días y comprobó que Moria se parece cada día más a un campo de concentración. «Muchas personas duermen al aire libre protegiéndose sólo con plásticos o cartones. Me encontré a un hombre que buscaba desesperadamente un lugar para que durmiera su familia. Habían llegado el día anterior y pasaron la noche sobre el asfalto. Me encontré con mucha gente que decía que no le daban comida y con una madre que pedía pañales pero la rechazaban una y otra vez. No hay nadie que se ocupe de ellos», contó Zamatto.

Lo que más le impresionó fueron las condiciones «miserables e indecentes» en que malviven los niños. «Nunca imaginé que niños, mujeres embarazadas y ancianos (…) iban a encontrarse en un recinto rodeado por alambre de espino y con las puertas cerradas».

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