1.000 cajas de ayuda para los refugiados

La segunda campaña de recogida de ropa y calzado finaliza con un éxito de donaciones y participantes Cerca de 20 voluntarios trabajaron para clasificar todo el material reunido para poder enviarlo cuanto antes a los campamentos y a Siria

Diario Vasco, ALBERTO ECHALUCE EIBAR , 13-04-2016
29

«Mandamos desde Eibar 1.000 cajas de energía positiva y solidaridad a los refugiados, para que puedan hacer frente al dolor inhumano que están padeciendo por mafias y por muchas autoridades sin escrúpulos». Así se expresaban los voluntarios del comité de ayuda de CARE que el domingo finalizaron la segunda campaña de recogida y que ayer se encontraban ultimando los preparativos para el envío de ropa, calzado y artículos de primera necesidad recopilados en Eibar.

El local de CARE, en la calle Bittor Sarasketa número 7, se encontraba lleno de ropa y calzado, hasta contabilizarse cerca de 50 palets grandes. Ha sido una campaña «corta y urgente», pero que ha atraído a cientos de personas de otras comarcas secundando el llamamiento para la recogida de ropa apropiada para viajar, ropa interior y calcetínes, «muchos de ellos en muy buen estado», así como zapatos fuertes y zapatos planos para mujeres , pañuelos para la cabeza y chales que habían sido solicitados por CARE. «También se recibieron chaquetas muy gordas y plumíferos que serán enviados a Cáritas porque ahora con el calor no los van a necesitar», señalaba Arrate Berasaluce.

Adaptando los productos
«Dos costureras nos han ayudado a transformar las toallas grandes en muchas pequeñas»

CARE está a la espera de que Fundación Seur se haga cargo de todo el material recopilado

Una veintena de voluntarios ha trabajado en la atención a las personas que traían los productos, en un proceso en cadena que ha funcionado a la perfección. Estos voluntarios separaban la ropa, en diferentes categorías, para adultos o niños, para que, tras su clasificación se procediera a su cierre y colocación, sobre una caja, con su etiqueta detallando el contenido que llevaban.

A medida que avanzaba la recogida, los voluntarios han tenido que echarle mucha imaginación para adaptar los productos que se recibían a la propia situación de unas familias que huyen de las guerras y se encuentran en los campos de refugiados a la espera de cruzar a Europa. «Nos dimos cuenta de que había muchas toallas muy grandes y gracias a la colaboración de dos costureras eran cortadas y arregladas para que se parecieran a unas de lavabo», dijo Berasaluce.

Desde CARE se había solicitado ayuda económica para los envíos y compra de palets por medio de unas huchas en diferentes puntos. «Con el dinero que sobra se procederá a la compra de artículos de primera necesidad para los refugiados».

Igualmente, CARE está a la espera de que Fundación Seur se haga cargo de todo el material reunido en la primera recogida que se llevó a cabo en Jardines de Argatxa, para que en coordinación con la Asociación de Apoyo al Pueblo Sirio (AAP), sea transportedo a Madrid y después a Siria y campamentos de refugiados, junto a esta segunda, ya finalizada, de ropa y calzado. «Esperamos que en los próximos días vengan de la Fundación Seur para llevarse todo. Tienen mucha demanda de solicitudes desde muchos municipios y nos han indicado que están saturados de trabajo».

La semana de recogida transcurrió en medio de la sorpresa por la llegada de furgonetas enteras y vehículos con sus remolques, desde diferentes municipios vascos. «Procedían de campañas que llevaban a cabo los padres en los centros educativos así como de colectivos. Incluso el sábado por la tarde, con el paso de la Vuelta Ciclista al País Vasco hubo gente que trataba de llegar al local, pese a tener las calles cerradas». Además, muchos no sólo entregeaban sus productos, sino que, tras su depósito, se quedaban en el local atendiendo o clasificando los productos que llegaban por oleadas.

También hubo momentos de sonrisas cuando se abrían bolsas y cajas que contenían productos muy singulares. «Nos hemos encontrado con pelucas, vestidos largos de boda y calzoncillos de boxeador o algo parecido que nos hicieron reír un rato y pasar momentos agradables entre toda la gente que ha participado».

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)