Dinamarca dice que no ha quitado objetos de valor a ningún refugiado
La Vanguardia, , 08-04-2016Parece un capítulo de la serie de política – ficción
Borgen
en el que la primera ministra de Dinamarca acaba haciendo lo correcto políticamente (según se mire) pero paga un precio moral… La escandalosa ley por la cual la policía danesa puede despojar a los refugiados recién llegados de las joyas
y objetos de valor que traigan consigo lleva dos meses en funcionamiento pero no se ha aplicado ni una sola vez, según ha publicado el portal escandinavo The Local citando al presidente del Sindicato Danés de Policía, Claus Oxfeldtl. Este ha afirmado a la televisión danesa que nunca pensó que esa ley fuera a tener importancia en cuanto a responsabilidad de la policía se refiere. Es decir, que en realidad era un bluff…
Pero otra cosa bien distinta es que, pensada para desmotivar a los refugiados, sentara cátedra en Europa. Aunque pareciera una estupidez –según muchas críticas– el hecho de que la aplicara, o al menos la anunciara, la muy civilizada Dinamarca podía acabar justificando actitudes mucho más duras.
Dinamarca se ganó comparaciones con la Alemania nazi en la prensa de todo el mundo con la aprobación de lo que en el país se ha llamado la “ley de las joyas” y que implicaba la confiscación de dinero, joyas, anillos de boda, marcos de retratos familiares o condecoraciones, un absurdo comparable al despojamiento previo al ingreso en un campo de concentración con el pretexto absurdo de que los refugiados pudieran traer, por ejemplo, “una maleta con diamantes”.
El primer ministro Lars Løkke Rasmussen, del derechista Partido Liberal, se lo tomó con muchísima calma y dijo que Dinamarca no tenía “nada de lo que avergonzarse”.
Detrás de semejante actitud cuando te están llamando nazi desde el The New York Times parece que había, en realidad, una estrategia para impedir la llegada de refugiados pero sin perjudicar a aquellos que, a pesar de todo, quisieran ir a Dinamarca y lo lograran. Una estrategia arriesgada, desde luego.
Los liberales de Rasmussen gobiernan en minoría con el apoyo del partido que emergió como triunfador en las elecciones del 2015, el euroescéptico y xenófobo Partido Popular Danés. En septiembre, con todavía pocos meses en el gobierno, la ministra de Inmigración Integración y Vivienda, la liberal Inger Støjberg (sobre la cual se ha cuestionado su licenciatura en periodismo) puso anuncios en la prenda de Líbano anunciando una serie de recortes tremendos en la atención a los refugiados, con la intención de desincentivar su llegada.
A mediados de diciembre, el Gobierno daba un paso más con la propuesta de la “ley de las joyas”. La idea era confiscar dinero y objetos de valor que superaran las 3.000 coronas danesas (algo más de 400 euros) con el pretexto de que así pagarían su estancia. Al resto de partidos le pareció exagerado y se elevó el margen a 10.000 coronas (unos 1.300 euros). Pero aun así, confiscar objetos personales o familiares parecía excesivo y eso también se eliminó, según el Copenhagen Post.
La ley se aprobó finalmente el 26 de enero y entró en vigor el 5 de febrero, hace dos meses. Según publicaba el Copenhagen Post el 30 de enero, apenas pasada la ley en el Parlamento, las advertencias publicadas en la prensa libanesa no tenían fundamento y los refugiados de Siria y Eritrea eran igual de bien recibidos que antes, aunque –eso sí – los beneficios sociales se habían recortado en un 50%.
Así pues, Dinamarca se había hecho mala publicidad a sí misma y lo seguía haciendo. ¿Por qué? Según dijo entonces al Copenhagen Post el analista Jon Kiellberg, se trataba de una “estrategia de comunicación” que podía crear mala imagen pero que a la vez espantaba a los refugiados, lo cual “es un objetivo más importante para el Gobierno”, y en particular para el partido del primer ministro y la ministra de Inmigración, mucho más interesados en la cohesión política. Hay que tener en cuenta que el Partido Popular Danés fue el más votado en las elecciones europeas, y es una fuerza en alza.
Dinamarca recibió 21.000 peticiones de asilo en el 2015 y se espera un total de 25.000 para este año 2016. Lo que no han especificado las autoridades danesas es a cuántos recién llegados en estos dos meses no ha confiscado nada.
(Puede haber caducado)