«La UE no quiere gente de Oriente Medio»
Turquía asiste con indiferencia al debate abierto en toda Europa sobre la expulsión de refugiados
La Voz de Galicia, , 07-04-2016Las voces de los refugiados se desvanecen en la ebullición de Estambul, casi no se escuchan en la extensión de un país con 79 millones de personas a los que la llegada de unos miles de retornados no genera aparente preocupación. Al fin y al cabo, Turquía es el país que más refugiados sirios ha acogido hasta el momento, 2,5 millones. Tiene además suficientes problemas domésticos.
PUBLICIDAD
inRead invented by Teads
Los medios locales cubrieron con normalidad la primera devolución del acuerdo con la Unión Europea pero, a tres días de la entrada en vigor, las tensiones que recorren Europa pasan desapercibidas. Lo mismo pasa con la huida de los inmigrantes que, pese a las medidas, siguen embarcando desde la costa turca con intención de desafiar al Egeo y llegar a las islas griegas. «Todo este pacto ha sido un juego político sucio en el que Turquía hace el trabajo y nosotros nos llevamos nuestra parte», valora con acritud un joven comerciante, Musab Bacanan, junto a la concurrida avenida Istiklal.
La eliminación de los visados europeos para los ciudadanos turcos como parte del acuerdo con Bruselas se recibe como una oportunidad, según reconoce Mehmet Kahraman, dispuesto a sacarle partido para viajar. En esta concesión se ha centrado el discurso oficial en el país, desplazando toda crítica interna hacia la UE. «Está claro que Europa no quiere a la gente de Oriente Medio. Se oponen a que entren, pero no proponen ninguna alternativa», insiste Musab.
Como consecuencia de la política de puertas abiertas que el presidente, Recep Tayyip Erdogan, ha mantenido con la población que huía de Siria, los turcos han integrado a este colectivo dentro de la comunidad. Es cierto que hay algunas excepciones. Estos días, los residentes de la localidad costera de Dikili, donde llegan las barcas con los expulsados desde Grecia, han mostrado reticencias por el impacto que puede tener la medida en la imagen turística. Fueron ellos los que acompañaron el inicio del acuerdo con protestas: «La EU comenzó el mayor tráfico humano oficial de la historia», rezaban las pancartas que portaban el lunes.
Aún así, los que lo siguen intentando no se rinden. Los guardacostas turcos detuvieron a varios grupos que se lanzaron al mar en pequeñas embarcaciones desde una cala al sur de la ciudad costera poco después del amanecer. Entre ellos había 40 iraquíes, según confirmaron testigos a la agencia Reuters, además de otro grupo de 15 inmigrantes pakistaníes. Todos fueron trasladados en autobuses a Dikili, donde ya está preparado un centro de retención en el que procesar las solicitudes de los migrantes devueltos desde Grecia.
Con todo, el flujo migratorio ha descendido drásticamente, de los más de 200 que cruzaban el Egeo diariamente durante los días previos a la aplicación del acuerdo con la UE a los 68 del miércoles. «Está funcionando, el número de inmigrantes ilegales es menor», declaró ayer el primer ministro, Ahmet Davutoglu. Los guardacostas turcos han intensificado las intercepciones por mar y tierra, tal como exige el pacto con la UE, en el que aparece explícitamente que Turquía debe evitar las migraciones hacia territorio europeo y la apertura de nuevas rutas. Al mismo tiempo, Turquía envió a Finlandia el tercer contingente de sirios tras los enviados a Alemania y Holanda, 78 en lo que va de semana.
(Puede haber caducado)