Dentro de la Unión Europea conviven 28 sistemas de asilo diferentes con una normativa común, la Convención de Dublín, que a las primeras de cambio hizo aguas. Grecia era la responsable sobre el papel de gestionar las demandas de asilo por ser el primer país que pisaban los refugiados. El esquema no funcionó cuando se abrió la crisis migratoria, y sigue sin funcionar. Hoy Bruselas presentará una alternativa a la actual regulación del asilo.

La Comisión Europea ultima hoy los flecos de la propuesta que puede seguir dos cauces, según adelanta la agencia alemana DPA. El primero, el más ambicioso, consistiría en centralizar todas las demandas de asilo en la Agencia Europea de Apoyo al Refugiado. Este organismo se encargaría de distribuir a los asilados según unos criterios de reparto pactados en función del tamaño del país, nivel de vida y capacidad de absorción.

La segunda opción, más descafeinada, es la de seguir con el modelo vigente añadiendo parches correctivos. El reparto solo se activaría en situaciones extremas, cuando el país en primera línea estuviese sometido a flujos masivos. Algo parecido al fracasado programa de reubicación vigente por el que solo se ha logrado distribuir a 1.111 personas de las 160.000 previstas desde Grecia e Italia al resto de países de la UE.

Ante la lentitud de los Gobiernos, las ciudades demandan protagonismo en la acogida e integración de refugiados. Los alcaldes de diez urbes europeas se reunieron ayer en Bruselas con el comisario de Migración, Dimitris Avramopoulos, y la titular de Política Regional, Corina Cretu. Barcelona, Atenas, Ámsterdam, Berlín, París, Roma, Helsinki, Leipzig, Malmö y Gante pidieron el envío de fondos directamente a los ayuntamientos para acelerar el programa. «No se entiende que al ofrecer ayuda para que el Estado pueda cumplir sus compromisos, la respuesta sea siempre no», se quejó la alcaldesa Ada Colau. Avramopoulos respaldó las iniciativas municipales: «Escuchen la voz de las autoridades locales». «La coordinación de esfuerzos puede dar resultados espectaculares», pidió el griego a los Gobiernos.

Las críticas arrecian contra la UE y sus líderes por las expulsiones de migrantes a Turquía, mientras Acnur lanzó una campaña pidiendo firmas contra la desprotección de los refugiados bajo el lema El asilo es de todos, al igual que otras oenegés como Amnistía Internacional que pide apoyos con el título Europa: un acuerdo defectuoso, inmoral e ilegal. Cáritas y otras entidades de la Iglesia recabaron 33.218 firmas contra el pacto con Turquía que entregaron hace unos días al Ministerio de Exteriores. Ayer, varias asociaciones católicas que trabajan con refugiados enviaron una carta al presidente Mariano Rajoy exigiéndole que cumpla con sus compromisos de acogida, abra canales legales y seguros para la inmigración y aumente la ayuda humanitaria

Mientras, el plan de reasentamiento desde Turquía avanza a cuentagotas. Ayer llegaron a Holanda otros 31 refugiados sirios.