El Gobierno de Australia informó hoy que ha liberado a los últimos niños solicitantes de asilo que permanecían recluidos en los centros de detención para inmigrantes dentro de su territorio.

El último grupo de niños – entre los que se incluye un bebé y un adolescente de 17 años – abandonaron el pasado viernes las instalaciones que se encuentran en la ciudad norteña de Darwin , informa el diario The Daily Telegraph.

Los menores fueron trasladados a territorio australiano desde la vecina Nauru, donde Australia financia un centro para detener a los solicitantes de asilo mientras tramitan su petición, junto a sus familiares que necesitaban tratamiento médico.

“Cuando recibí la llamada era algo de lo que estaba orgulloso (…) Ha pasado casi una década para liberar a todos los niños de los centros de detención”, señaló Peter Dutton, ministro australiano de Inmigración.

Según los cálculos del ministro, unos 8.000 niños solicitantes de asilo han pasado en casi una década por los centros para inmigrantes.

No obstante, grupos de activistas denuncian que la liberación es solo una “reclasificación” ya que los menores han sido trasladados a comunidades de detención mientras se procesa su petición.

Además, alrededor de 50 niños continúan encerrados en Nauru.

La Comisión de Derechos Humanos ha denunciado que los niños detenidos en estas instalaciones son víctimas de abusos sexuales y físicos, e intentan automutilarse, padecen problemas mentales y no tienen el cuidado médico necesario.

El Gobierno de Australia tiene una política estricta frente a la inmigración ilegal, que incluye la detención de los solicitantes de asilo y la reubicación de aquellos que son reconocidos como refugiados en terceros países.

Muchos de los inmigrantes que intercepta Australia huyen de conflictos como los de Afganistán, Darfur, Pakistán, Somalia y Siria, y otros escapan de la discriminación o de la condición de apátridas, como las minorías rohinya de Birmania (Myanmar) y bidun de la región del Golfo Pérsico.