Retrato de un refugiado del 36

Vélez de Mendizabal revela la historia de este arrasatearra de adopción que falleció el pasado 20 de marzo a los 91 añosPedro González fue protagonista involuntario de una icónica foto de refugiados

Diario Vasco, KEPA OLIDEN, 03-04-2016

Recientemente fallecía en Mondragón, a la edad de 91 años, Pedro González Duque, protagonista involuntario de una las imágenes icónicas de la contienda de 1936: la penosa estampa de una familia camino del exilio con sus pertenencias a cuestas. Pedro es el niño de 12 años que junto con su familia cruza el puente internacional de Irun. La instantánea, atribuida al fotógrafo británico Raymond Walker, ha sido reproducida incontables veces en libros, revistas, diarios y televisiones, incluso ilustra la portada de libro ‘Recetas para después de una guerra’ de Luis Fausto Rodríguez de Sanabria (Punto de lectura, 2002).

Sin embargo Pedro y sus familiares tenían preocupaciones demasiado apremiantes como para reparar en el fotógrafo que aquel 2 de noviembre de 1936 les retrataba desde el lado hendaiarra del puente de Santiago. Pedro González confesó al escritor Josemari Vélez de Mendizabal, quien ha desvelado esta curiosa historia en su blog en euskara Hots Begi Danbolinak, que «no tuve conocimiento de la existencia de esa fotografía hasta que en 1985 un amigo de Irun me lo dijo».

Aunque vivió los últimos 73 años de su vida en Mondragón, Pedro González había nacido en Irun el 8 de octubre de 1924 de padres vallisoletanos. Su Padre Gonzalo combatió en el Desastre de Annual (Marruecos, 1921) y al año siguiente comenzó a trabajar de ferroviario en Irun, a donde se trasladó con su esposa e hijos mayores.

Pedro le contó a Vélez de Mendizabal que al estallar la guerra de 1936 su padre se incorporó como miliciano comunista a la órdenes de Manuel Cristóbal Errandonea. Gonzalo González participó en la defensa de Pikoketa, cerca de Oiartzun, hasta su desmoronamiento ante el avance franquista, y el 15 de agosto resultó herido en combate.

Tras permanecer oculto en su domicilio durante algunos días, Gonzalo decidió cruzar la frontera con su familia. Pasaron la noche del 1 al 2 de septiembre escondidos en el túnel del Topo, y al día siguiente cruzaron el puente, sin percatarse de que eran retratados por un fotógrafo apostado en el lado francés.

La instantánea inmortalizó al progenitor acarreando un colchón a la espalda y un Pedro niño de 12 años envuelto en una chaqueta que aparece detrás de la mujer que porta una maleta ayudada por un muchacho.

La imagen es atribuida al fotógrafo británico Raymond Walker, autor de una serie de instantáneas del mismo puente fechadas por aquellos precisos días. Vélez de Mendizabal apunta también la posibilidad de que la imagen fuera tomada por el corresponsal de ‘The Times’ George Steer, que por esas fechas se encontraba en Biriatu.

El periplo de la familia González – Duque no acabaría ahí. El padre regresó a Irun para recibir atención médica de sus heridas, mientras que la madre con dos hijos aguardaron a su regreso durante un mes en Angelu. Posteriormente, la familia se trasladaría a Barcelona y Valencia.

Tras la derrota republicana, rechazaron la invitación de Errandonea de exiliarse a México y regresaron a Irun, donde Gonzalo fue detenido y permaneció 5 años encarcelado.

El manco de OMU

Pedro González Duque recaló en Mondragón en 1943 al aceptar el empleo que le ofreció su tío Víctor González en la empresa de cerámicas OMU, entonces enclavada en el barrio de Musakola. El joven Pedro haría en adelante su vida en esta localidad, donde contrajo matrimonio con Milagros Marco en 1952. Cinco años más tarde, a la edad de 33 años, un desgraciado accidente laboral le seccionaría la mano derecha por encima de la muñeca. Para cuantos le conocieron posteriormente sería Pedro, el manco de OMU.

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