Ni la agencia de Naciones Unidas para los refugiados (ACNUR) ni las oenegés lo ven claro: si Grecia y Turquía no tienen actualmente la capacidad operativa para poner en marcha el acuerdo migratorio entre Bruselas y Ankara, ¿qué prisa hay en comenzar las devoluciones de refugiados a suelo turco este lunes? Numerosos aspectos de los sistemas de recepción y trato con la gente que puede necesitar protección internacional no están funcionando o no existen, ha alertado la portavoz de ACNUR, Melissa Fleming.

Pero fuentes cercanas al proceso de devolución aseguraron a EL PERIÓDICO que la agencia de protección de las fronteras comunitarias, Frontex, empezará a devolver migrantes este lunes en barcos de pasajeros alquilados. A lo largo de este fin de semana, unos doscientos efectivos de seguridad de Frontex (aportados por los países miembro de la Unión Europea) se desplazaron a las islas griegas, aunque se espera que el operativo se doble en los próximos días.

El punto de recepción será la localidad occidental turca de Dikili, un hecho que no parece agradar en exceso a los vecinos. Este sábado, unos pocos centenares de personas se congregaron en Dikili para protestar por la llegada de los refugiados que la UE devolverá a Turquía en el marco del controvertido tratado.

No queremos campamento de refugiados en Dikili, rezaban algunas pancartas portadas por la concurrencia. En este lugar, justo frente a la isla de Lesbos, se llevará a cabo el registro de los refugiados y su alojamiento temporal. Sin embargo, las imágenes retransmitidas por la televisión local NTV muestran un solar vacío en el lugar proyectado.

Dikili no será el único punto: la Media Luna Roja turca está levantando también un campamento con capacidad para 5.000 personas en la localidad de Manisa, a medio centenar de kilómetros de allí. Estamos construyendo un campamento para alojar a los refugiados en nuestro país en condiciones humanitarias adecuadas y que cubran sus necesidades, señaló el vicepresidente de la rama turca de la organización, Kerem Kinik, a la agencia de noticias turca Anadolu.

Muhittin Dalgic, alcalde de Çesme, en el lado turco frente a la isla griega de Quíos, indicó que están instalando tuberías y cableado en un espacio de unos 500 metros cuadrados cerca del puerto, en un recinto que servirá de centro de registro. Una vez que se registren y se compruebe su estado de salud, serán enviados a los campamentos, indicó Dalgic. Nos aseguraremos de que el proceso es rápido y se quedan el menor tiempo posible.

Alrededor de 3 millones de refugiados se encuentran ya en Turquía, un país que organizaciones de defensa de los derechos humanos como Amnistía Internacional consideran no seguro para los migrantes.