La comunidad germano-turca de Alemania criticó hoy los planes del ministro del Interior, Thomas de Maizière, de sancionar a los inmigrantes que se resistan a aprender alemán y advirtió de que otros modos de “integración forzosa” ya fracasaron en los años 50.

“Alemania debe entender de una vez que la integración sólo funciona con la consiguiente motivación. Hay que demostrar a la gente que forma parte de esta sociedad”, indicó el presidente de la Comunidad Turca de Alemania, Gökay Sofuoglu, en declaraciones al diario “Berliner Zeitung”.

El representante de ese colectivo, la más numerosa comunidad de ciudadanos de origen extranjero del país, con más de tres millones de personas, reaccionó así a la iniciativa de De Maizière de sancionar a los inmigrantes que no aprendan alemán.

El ministro presentará en mayo el correspondiente proyecto de ley al Gobierno, que contempla la posibilidad de negar el permiso de residencia permanente a quienes rechacen participar en los cursos de alemán o rehúsen una oferta de empleo.

La iniciativa de De Maizière, de la Unión Cristianodemócrata (CDU) que preside la canciller Angela Merkel, ha causado polémica dentro de la gran coalición de Gobierno.

La delegada para asuntos de Inmigración, la socialdemócrata Aydan Özoguz, recordó que ya existen modalidades de sanción para quienes se resisten a participar en cursos de integración o de alemán, en forma de recortes en las prestaciones sociales.

“No entiendo esa iniciativa”, apuntó Özoguz, en declaraciones a la televisión pública ZDF, en medio del revuelo que ha causado la propuesta el ministro en su partido y en la comunidad germano-turca, de la que ella misma forma parte.

La delegada para asuntos de Inmigración argumentó, asimismo, que la inmensa mayoría de los extranjeros del país quieren integrarse, mientras que la oferta para ello no es suficiente para la gran demanda.

Las declaraciones de Maizière tuvieron lugar tras la conferencia extraordinaria de ministros de Interior de la Unión Europea (UE), en medio de la conmoción por los atentados de Bélgica, en que murieron 32 personas y unas 300 resultaron heridas.

El vicecanciller, ministro de Economía y líder socialdemócrata, Sigmar Gabriel, expresó ya el lunes su respaldo con matices a la propuesta de su colega de Interior y recordó que la condición para ello es que haya suficientes cursos de integración y de idiomas a su alcance.

En Alemania viven alrededor de 8,1 millones de personas de origen inmigrante, lo que supone un 10 % de la población del país.

Aproximadamente un tercio de esas personas adoptaron la ciudadanía alemana o tienen doble nacionalidad.

En 2015, la población de origen migrante del país creció en 1,1 millones de personas, el más alto incremento anual de la historia moderna del país.

El país recibió aproximadamente dos millones de extranjeros, pero a su vez regresaron a sus lugares de origen otros 860.000, lo que da un saldo neto de 1,14 millones de personas más que el año anterior.