Internacional

Los refugiados malienses en Burkina Faso se enfrentan a una crisis alimentaria

De no solucionarse pronto la situación, hay un riesgo de que la población joven pueda tomar medidas desesperadas, como unirse a grupos armados

ABC, , 30-03-2016

Cerca de 31.000 refugiados malienses que han huido a la vecina Burkina Faso se enfrentan a una severa carestía alimentaria en los próximos meses si no se reciben nuevos fondos, según han advertido el Programa Mundial de Alimentos y la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur).

«La temporada seca que se aproxima es el periodo cuando (los refugiados) son más vulnerables y más apoyo requieren», aseguraron las organizaciones en un comunicado.

En este sentido, se denuncia que, sin el apoyo internacional (el fondo de urgencia necesitado se estima en 2,5 millones de dólares), hay un riesgo de que la población joven pueda tomar medidas desesperadas, como unirse a grupos armados: Desde 2012, al menos 100.000 personas han abandonado Malí tras el recrudecimiento del conflicto islamista.

En los últimos meses, a pesar de los esfuerzos del Gobierno local y las tropas francesas asentadas en territorio maliense, los ataques por parte de grupos islamistas se han sucedido en la región.

Ya a comienzos de año, los Gobiernos de Burkina Faso y Malí anunciaban que comenzarían a coordinar esfuerzos para hacer frente a los yihadistas que operan en su territorio.

La confraternidad se producía tras los recientes atentados contra los cimientos de ambos países: En el más sangriento de ellos, al menos 28 personas perdían la vida en el asedio contra un hotel de la capital de Burkina Faso, Uagadugú. La acción armada fue reivindicada por la milicia Al Mourabitoun, aliado de Al Qaida en la región. Precisamente, el pasado noviembre, este mismo grupo armado ya había realizado otra masacre, en este caso contra un hotel de la capital de Malí, Bamako, que provocó una veintena de muertes.

Mientras, y la espera de decisiones políticas en materia de Inteligencia, Al Mourabitoun (y a la postre, Al Qaida) continúa mostrando músculo.

Entre los principales crímenes cometidos por la milicia en sus apenas dos años de vida, se encuentran el ya señalado asedio a un hotel de Bamako el pasado noviembre, la muerte de cinco personas en un ataque a un restaurante de la misma ciudad, una acción suicida en el norte de Malí contra cascos azules de la ONU (3 fallecidos), así como el cerco a otro hotel en agosto que dejó 17 muertes en la ciudad de Sevare.

Y las redes se expanden. Hace solo unos días, el Gobierno de Costa de Marfil anunciaba la detención de 15 personas como presuntos colaboradores en la matanza llevada a cabo por Al Qaida a mediados de mes en un centro turístico del este del país.

De igual modo, el fiscal general del Estado, Richard Adou, hizo pública la imagen de quien se cree organizó y lideró la masacre, cuyo nombre – real o de guerra – es Kounta Dallah.

«Las evidencias encontradas en la escena del crimen nos han permitido identificar y rastrear a ciertos individuos que participaron en estos actos», aseguró Adou sin especificar más detalles sobre la nacionalidad de los arrestados. No obstante, la fotografía del presunto líder del comando que atacó la playa de Grand Bassam parece corresponder a un control rutinario de pasaportes.

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