12.000 refugiados siguen acampados en en el campo fronterizo de Idomeni. Esperanza y frustración que se traduce en estas protestas. La tensión crece, y algunos compañeros intentan calmar los ánimos. Son 50.000 los refugiados que están en Grecia pero quieren seguir su camino hacia el norte de Europa. Muchos de ellos están en el puerto de Atenas, el Pireo. A pleno sol ocupan el parking. Y también la sala de espera de la terminal. Lo que debería ser un lugar de paso, se ha convertido en el hogar de miles de refugiados. Allí, la suciedad y el hacinamiento están provocando el aumento de enfermedades. Hacen largas colas para conseguir las bolsas de comida que reparten los voluntarios. Necesidades básicas que dicen, tampoco cubren en los centros de acogida oficiales. Por eso muchos los están abandonando. Regresan al puerto para no perderse ninguna oportunidad, por pequeña que sea.