tras el acuerdo entre la UE y Turquía

Los refugiados de Idomeni "no se moverán" pese a la amenaza de deportación

Deia, EFE, 18-03-2016

Los refugiados e inmigrantes que llevan semanas varados en el 
improvisado campo de Idomeni, en el norte de Grecia, han prometido  que
“no se moverán” del puesto de control fronterizo, enfrentándose  al
acuerdo suscrito este viernes entre la Unión Europea y Turquía  para
deportar a todos los inmigrantes irregulares.

IDOMENI.  “No entiendo por qué la UE está cerrando las fronteras”, ha  lamentado Bahjat Saris, un sirio de 21 años natural de Damasco. “No  queremos que nadie decida a qué país iremos, qué haremos y cómo nos  moveremos”, ha añadido.


Los 12.000 refugiados que se hacinan en el enlodado campo de  Idomeni, cansados de las restricciones impuestas por los líderes  europeos, han pasado de la decepción al enfado y ahora están  dispuestos a desafiar cualquier decisión de Bruselas. Esta noche, un  pequeño grupo de personas se concentraba frente a las vías del tren  para manifestarse a favor de la apertura de la frontera con  Macedonia.


“No les importamos”, ha criticado Gienat Al Halil, una viuda siria  de la ciudad de Aleppo, que espera poder reunirse con sus dos niños,  de 14 y 20 años, en Alemania. “No tengo nada que perder y me quedaré  aquí sin importar el tiempo que pase”, ha advertido.


Este domingo, todos los inmigrantes irregulares, incluidos los  refugiados sirios, que lleguen a Grecia desde Turquía serán  deportados nuevamente a este país. A cambio, Europa trasladará a  suelo comunitario a tantos refugiados sirios desde Turquía como  demandantes de asilo de esta nacionalidad sean deportados.


Además,  Ankara recibirá otro tipo de beneficios, como ayudas económicas, la  liberalización de visados para los turistas turcos y la reactivación  de las negociaciones de adhesión a la UE.


Sin embargo, este pacto – – que pretende poner freno al flujo  migratorio – – no aclara la situación de las decenas de miles de  inmigrantes que se encuentran actualmente en territorio heleno.


“El acuerdo es muy muy negativo para nosotros, pero no tengo  elección. Me quedaré aquí”, ha señalado Husam, un sirio de 39 años  procedente de Homs.


VISITA CRITICADA DEL MINISTRO DE INTERIOR GRIEGO


El ministro del Interior griego, Panagiotis Kurumplís, visitó el campo de refugiados de Idomeni esta mañana, desde donde ha criticado las condiciones en las que viven los migrantes.


Kurumplís aseveró que este campo de refugiados es el resultado directo “de las fronteras cerradas”, y explicó que cuando se recibe “como se ha hecho, a puñetazos” a los refugiados, se puede entonces comparar Idomeni “con el campo de concentración nazi de Dachau”.


El titular de Interior aseguró que el Ejecutivo heleno cree en una Europa de fronteras abiertas.


Además Kurumplís ha prometido que se ampliará la cobertura sanitaria y la vacunación de los refugiados en Idomeni.


La Asociación Panhelénica de Médicos había pedido al Gobierno que tomara medidas adecuadas para prevenir una epidemia de hepatitis A tras detectarse ya dos casos de esta enfermedad – en dos niños – a lo largo de la última semana en este campamento improvisado.


La presencia gubernamental en el campo de Idomeni es prácticamente nula y las tareas de saneamiento y asistencia las ejercen hasta ahora de manera mayoritaria las ONG.


DENUNCIA DE MSF, QUE MONTA NUEVAS CARPAS


Un activista de Médicos Sin Fronteras (MSF), coordinador de la instalación de unas nuevas carpas para los refugiados, se quejaba a Efe de que la visita del ministro ha sido “una fuerte molestia”, ya que “no ha ofrecido soluciones” y ha forzado a que su jornada de trabajo empezara “dos horas más tarde”, haciéndole perder un tiempo muy valioso.


“Si el tiempo lo permite y no llueve podremos tenerlas instaladas en dos semanas”, explicaba. MSF instalará ocho nuevas cubiertas, las cuales cuentan con camastros plegables sobre un suelo de madera y PVC, y tienen una capacidad total de 400 personas.


Son los miembros de las ONG junto con los traductores y otros activistas los que deciden quiénes ocupan esas plazas en función de su situación de vulnerabilidad (madres solteras, niños…), lo que, admiten las organizaciones, “es algo muy difícil”.


El “90% del trabajo” en Idomeni, se lamentan desde MSF, lo hacen las ONG desplegadas sobre el terreno, ya que el Gobierno heleno no asiste aunque sí despliega, por otro lado, un fuerte contingente policial.


Unos cuantos refugiados se han manifestado de nuevo pidiendo la apertura de fronteras no lejos de la valla que separa Grecia de ARYM vigilados por varias decenas de miembros de las fuerzas de seguridad helenas.


Las llegadas a Grecia no han cesado en los últimos días y el número de refugiados en el país ha aumentado a 46.200 con el desembarco en las últimas horas más de 670 en las islas del este del Egeo, donde ya hay 7.200 migrantes esperando ser trasladados al continente.

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