De frente

Europa sin banderas

Diario de Noticias, Por Félix Monreal, 17-03-2016

Al paso que marcan las autoridades políticas y los organismos comunitarios, en poco tiempo el último vestigio que quedará en pie de la Europa que conocimos nacer del Tratado de Roma e ir incorporando socios será el festival de Eurovisión. Y eso ya lo veremos… El sentimiento de pertenencia a esta comunidad tan extensa como diversa ha sido puesto en cuarentena a raíz del intento de quitarse de encima a las gentes que huyen de la guerra de Siria. Ni siquiera la Champions futbolera es ejemplo de algo compartido; el comportamiento de un puñado de hinchas del equipo holandés PSV Eindhoven, que arrojaron dinero en las calles de Madrid a unas mujeres de nacionalidad rumana, causa vergüenza. Son casos aislados, sí, pero también lo eran las agresiones de grupos de ultraderecha que, en lugar de ser erradicadas, han devenido en un crecimiento electoral de formaciones políticas de parecido signo.

Esta no es la Europa cuna de la democracia o la que alumbró los Derechos Humanos; más se parece a la Europa de la Inquisición, la de las cruzadas en Tierra Santa contra el infiel o la que propició dos guerras mundiales que acabaron con la vida de millones de personas. No, esto no es un paraíso ni una tierra de acogida por mucho que alemanes o británicos se sientan como en casa en las islas y playas del Mediterráneo. Es más, unos quieren echar a inmigrantes y refugiados mientras que los nativos de las baleares o de las costas gerundenses verían con satisfacción que anglosajones alborotadores y germanos gamberros no cruzaran las fronteras en verano. Esto de la convivencia, ya se ve, no viene en los estatutos fundacionales de la UE.

Como en las películas de viajes en el tiempo, algo ha ocurrido en el pasado para que la bandera de la UE comience a borrase de los mástiles. En edificios de instituciones y organismos locales la enseña ha desaparecido. Y digo que si hay motivos para que la azul se evapore existen también para que lo hicieran algunas de las otras. O todas al mismo tiempo. Y sin banderas quizá Europa fuera más común, más humana y más acogedora.

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