Plan para regenerar la zona más antigua de San Jorge
El plan, con participación ciudadana y apoyo municipal, abarca 942 pisosEl abandono se ha agudizado en 15 años por la crisis y la falta de ayudas públicas
Diario de Noticias, , 15-03-2016pamplona – Lo dicen los propios vecinos: si no se interviene con urgencia la degradación es inminente. Las primeras viviendas que dieron nombre al barrio de San Jorge han sufrido un fuerte deterioro urbano y social en los últimos años. Viviendas antiguas, muchas de ellas vacías, sin ascensor, donde viven personas mayores o inmigrantes en busca de alquileres económico; gente con escasos recursos. A ello se suman otros problemas como el trapicheo de droga, el tráfico, la densidad urbanística o el cierre de comercios. La zona vieja de San Jorge se sitúa en el cuadrante comprendido por las calles Doctor Labaien, Doctor Simonena, Sanduzelai, Doctor Nicasio Landa, Doctor Lucea, Doctor Juaristi y el lado sur de uno de la avenida de San Jorge: 942 viviendas. Construida a finales de los 60 (los edificios de cuatro plantas) y de los 70 (las dos torres más altas) cuenta con un único parque y dos plazas. La situación de vulnerabilidad se ha agudizado durante los últimos quince años por la crisis económica y la reducción de las ayudas públicas.
El Ayuntamiento de Pamplona quiere implicar al tejido asociativo en la regeneración de la zona y ha puesto en marcha un Proyecto de diagnóstico y elaboración de propuestas para la intervención socio – urbanística en el cuadrante más antiguo del barrio de San Jorge – Sanduzelai, que tiene, como objetivo fundamental, identificar las principales problemáticas sociales del barrio y consensuar con los vecinos las líneas de trabajo a desarrollar por el Ayuntamiento durante los próximos años. Una representación municipal, encabezada por el alcalde, Joseba Asiron, recorrió ayer la zona. Previamente, en la comisión de Presidencia se presentó el proyecto. Las actuaciones se definirán de acuerdo a un diagnóstico “participativo” que será coordinado y dirigido por el Departamento de Trabajo Social de la Universidad Pública de Navarra, concretamente por Alberto Jáuregui, especializado en el ámbito de la prevención social y el urbanismo participativo. Contará con un equipo técnico en coordinación con los diferentes agentes y entidades sociales (asociaciones vecinales y otras entidades) e institucionales (Unidad de Barrio). El Ayuntamiento, por su parte, creará una comisión de seguimiento, integrada por profesionales de las áreas implicadas.
Una vez realizado el diagnóstico (se espera en junio) se trabajarán los resultados obtenidos con el vecindario mediante talleres, acciones de calle y exposiciones de las que se saldrá el marco de trabajo. El presupuesto es de 10.285 euros.
Hace años esta zona fue la parte central de la vida sociocultural del barrio, que se ha ido trasladando a otro ámbitos. Hoy, se señalan como características del ‘cuadrante’ el envejecimiento de la población por la emigración de la juventud a otras zonas; la diversidad cultural y étnica del vecindario con un volumen importante de inmigración; un alto número de bajeras vacías ya que han ido desapareciendo los comercios; o la ausencia de oportunidades para trabajar en el propio barrio. Asimismo, el autodiagnóstico recoge la existencia de un sector de personas vinculadas en los años 80 y 90 al consumo y tráfico de drogas que continúan viviendo ahí, y la localización de pisos y locales utilizados por redes de narcotráfico.
Según expuso Alberto Jáuregui (UPNA), coordinador del estudio previo, muchas viviendas están vacías y “la zona ha sufrido un proceso de abandono porque mucha gente que vivía aquí se ha trasladado a otras zonas. Viviendas pequeñas, sin ascensor y con muchos problemas, incluso son difíciles de alquilar pese a ser muy baratas. Es una zona que sirve además de desaguadero de coches de las dos avenidas generando un problema de tráfico importante”, agregó. “Hay que estimular que se puedan alquilar las viviendas. Además, como no ha habido oferta de VPO, la gente joven se ha marchado. También viven muchos niños aunque la zona es insegurísima por el tráfico. Existe por otro lado una inmigración establecida, y otra flotante por el precio de los pisos”, señaló.
El alcalde, Joseba Asiron, destacó ayer que este cuadrante de San Jorge, junto con Etxabakoitz y Arrosadia – Milagrosa, conforman tres zonas en las que urge intervenir. “Es un plan que va a contar con el impulso político del Ayuntamiento, el soporte técnico de la UPNA (departamento de Trabajo Social bajo la dirección de Alberto Jáuregui) y la participación ciudadana”, abundó. A partir del diagnóstico se abordarán medidas “a diferentes niveles” . “también durante varias legislaturas se ha vinculado el futuro de Etxabakoitz a un PSIS que nos genera dudas, y que hay que desligarlo. Queremos trabajar en un diagnóstico de una manera participativa como en San Jorge”. El más avanzado es el proyecto de Milagrosa – Arrosadia – DUSI, que quiere optar a ayudas europeas, integrando medidas en materia de mobiliario urbano, accesibilidad, rehabilitación de vivienda, comercio, etcétera. Marisol de la Nava, directora de Acción Social, aseguraba que las situaciones de vulnerabilidad de San Jorge podrían “remontar” con apoyo institucional, sobre todo cuando hay detrás “un barrio con colectivos que llevan muchos años trabajando por darle vida”.
erdigune Antonio Girona y Juan Carlos Vicente, vecinos e integrantes de colectivos sociales, destacaban que la iniciativa de regeneración urbana viene de atrás, desde hace un par de años cuando se plantearon al Ayuntamiento propuestas de mejora en el barrio y, en especial, en el “cuadrante”. “Necesitábamos un apoyo técnico y ahí es donde entró la UPNA, a través de Alberto, y de ahí surge Erdigune, que encuentra cabida con el nuevo gobierno”, indican. “Mucha gente se ha ido de la zona y los que se han quedado son gente mayor que tiene problemas de movilidad. Hay pisos vacíos y se bajan los alquileres para que se puedan ocupar, por lo que llega gente con bajos recursos que están de paso. Se está perdiendo la identidad de barrio”. Apuntan otros problemas como la iluminación pública, aceras estrechas, pasos de cebras inexistentes, viviendas con necesidad de rehabilitación, etcétera. “La falta de ayudas ha hecho que el comercio desaparezca y la presencia de la mezquita atrae por otro lado a mucho tráfico que copa aparcamientos y dobles filas”, exponen. Y está también el “menudeo” y el uso de pisos vacíos para el comercio de droga. “Al no haber semáforos salen muy rápido”, admiten quienes pese a todo defienden que “no es una zona degradada, tiene mucho potencial con salida al parque fluvial”.
ejes de acción
Cronograma de trabajo. Habrá reuniones de trabajo y talleres de aquí a junio con comerciantes y hosteleros, grupos de diálogo (resto del barrio), cuestionarios y el día 17 está convocada una asamblea general con los vecinos de la zona.
Intervenciones en varios años. El diagnóstico marcará una serie de líneas de trabajo en materia de desarrollo urbano sostenible a las que el Ayuntamiento hará frente durante los próximos años. Los trabajos previos los ha realizado el propio barrio en coordinación con los técnicos municipales.
Medidas integrales. El proyecto profundizará en las problemáticas relacionadas con equipamientos urbanos, la vivienda, el uso del parque fluvial, el tráfico y la circulación viaria, los equipamientos, la seguridad ciudadana y la convivencia, además de de los procesos de vulnerabilidad y exclusión social (Acción Social y colectivos). La zona también formará parte de las zonas de especial protección en vivienda y tendrá ayudas especiales.
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