Puertas al campo

La Vanguardia, Màrius Carol, 15-03-2016

Donald Dusk, presidente del Consejo Europeo, avergonzó a los ciudadanos continentales con sentido de la dignidad cuando, para desanimar a los inmigrantes , proclamó: “No vengáis a Europa, todo es en vano”. La UE está intentando poner puertas al campo, o si se prefiere cancelas a Schengen, cuando la libertad de circulación de personas era una de las señas más preciadas de identidad de Europa, junto con el euro. Ciertamente, no es fácil resolver la crisis de los refugiados, pero que la solución sea expulsarlos, con Turquía como gendarme, ha hecho enrojecer a quienes creyeron que la UE había apostado por ser algo más que un mercado. La propia ONU ha cuestionado la legalidad del acuerdo alcanzado. La Turquía de Erdogan obtenía, a cambio, dinero, la desaparición de visados y un compromiso de avanzar en la integración en la UE, cuando la realidad demuestra que este país no cumple con los estándares democráticos, más aún cuando ha islamizado el Estado.

Las imágenes de los inmigrantes que buscan rutas a veces imposibles para burlar los controles policiales son escalofriantes. Las fotografía de portada con familias jugándose la vida para cruzar ríos de aguas embravecidas es toda una llamada a la conciencia de Europa. La realidad política es que Angela Merkel, que mostró desde el primer momento su voluntad de acoger a los inmigrantes , acaba de pagar con su derrota en las urnas de tres länder su solidaridad con los refugiados, mientras la derecha populista crece cada día.

La buena noticia es que el ministro español de Exteriores, José Manuel García – Margallo, rectificó ayer la posición del Gobierno y condenó el acuerdo alcanzado con Turquía por violar los derechos humanos. Alphonse de Lamartine, que además de escritor fue político, había dicho en el siglo XIX: “Yo soy de la opinión de los que son perseguidos”. Europa debería releer al escritor francés en esta hora de sufrimientos y de desconcierto.

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