cada Cumbre de la UE empeora a la anterior. Ya sea en el ámbito económico, ya sea sobre la actual crisis de los refugiados. El resultado del encuentro con la Turquía dictatorial y criminal de Erdogán se ha saldado con un bochornoso juego de sobornos, chantaje y mercadeo con seres humanos. La UE soborna a Turquía con 6.000 millones de euros para que acepte acoger a los miles de personas que los estados europeos van a expulsar de sus territorios. Turquía chantajea a la UE para conseguir aumentar la dotación económica al doble de lo ofrecido inicialmente – eran de partida sólo 3.000 millones – , y lograr una integración en Europa por la puerta de atrás al lograr que se supriman los visados para sus ciudadanos. Turquía representa lo contrario de la UE original: no respeta los derechos humanos, suprime las libertades políticas, sociales y civiles básicas y persigue sistemáticamente a sangre y fuego a kurdos y otras minorías étnicas. Si Turquía es parte de esta UE, mejor bajarse. Y en medio, miles de familias sirias, iraquíes, afganas o libias subastadas al mejor postor. Es el acuerdo de la vergüenza – además de que la decisión de expulsar a personas acogidas al derecho de asilo es de dudosa legalidad – , la renuncia definitiva al proyecto común de solidaridad y justicia social y a los principios democráticos y humanistas originales.