Dieciocho
Diario Sur, , 09-03-2016El pasado domingo se gritaba «¡Heil Hitler!» en Leipzig. Menos mal que su padre se cambió el apellido. Como dice John Toland, cuesta imaginar a 70 millones de alemanes gritando con absoluta seriedad «¡Heil Schicklgruber!». O a esos 900 de Leipzig (xenófobos de Legida). También llevaban cruces gamadas y banderas del Reich. Alternativa para Alemania, su partido político, se ha convertido en la tercera fuerza en Hesse. En febrero se celebró el incendio de un albergue. Los refugiados son los nuevos judíos. A veces leo un foro español sobre Hitler. De pronto alguien duda de su vegetarianismo y llega la respuesta: «Se podrá convencer al mundo entero de que Hitler ordenó el exterminio de un pueblo. Pero jamás podrán demostrar que Hitler comía carne, por lo menos a partir de 1931». Guau. La UE va a mandar a Turquía a todo refugiado que aparezca por Grecia. España ha acogido a 18. No hay peligro de que nuestros hitlerianos se echen a la calle.
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