Editorial de diario de noticias
La traición de la hipocresía
Tras reuniones de la pasada semana y la indigna llamada del presidente del Consejo Europeo, el ultra polaco Tusk, exigiendo a los refugiados que no vengan a Europa, la UE cierra un acuerdo ilegal con Turquía para expulsar a quienes buscan asilo
Diario de Noticias, , 09-03-2016tras las dos reuniones celebradas la pasada semana – la que tuvieron David Cameron y François Hollande en Amiens y la que celebraron en Atenas el primer ministro griego, Alexis Tsipras, y el presidente del Consejo Europeo, el polaco Donald Tusk – , y la Cumbre de la UE y Turquía del lunes, se resume la hipocresía de la actitud de la Unión Europea ante el fenómeno de los refugiados y la inmigración, constatada en los reiterados incumplimientos de los acuerdos y programas aprobados con el teórico fin de encauzar su absorción por las sociedades europeas. Hollande y Cameron, por un lado, confirmaron que la principal preocupación de los estados miembros, y no solo de Gran Bretaña y Francia, ante los flujos de población que llegan a Europa es el de la seguridad. No en vano, como resumen de su cumbre bilateral quedó la exigencia de “una respuesta europea más firme para contener los flujos migratorios y recuperar el control de las fronteras exteriores de la UE” y una nueva partida de millones para “expulsar a sus países de origen a aquellos que no tengan derecho a solicitar asilo”. Este segundo objetivo enlaza, además, con la reunión entre Tusk y Tsipras y el llamamiento tras la misma del presidente del Consejo Europeo, reñido con los más elementales principios de humanidad y solidaridad que se pretenden en el origen de la comunidad europea, a los “potenciales migrantes económicos, de donde quiera que procedan, a que no vengan a Europa”. Y a todo ello se suma el acuerdo con Turquía en el que la UE compró por 6.000 millones de euros la expulsión – ilegal, según el derecho europeo e internacional – de miles de refugiados a territorio turco. La Europa que ignora las normas internacionales y evita y retrasa la acogida de refugiados que huyen de la guerra, que incentiva económicamente a países exteriores para que les contenga, que les impide o dificulta atravesar sus fronteras interiores, para lo que incumple o altera su propia legalidad, forzando a la marginalidad a cientos de miles de seres humanos, pretende ahora una doble discriminación. Una Europa que intenta disimular su traición así misma ofreciendo a una opinión pública, cada vez más manipulada por los esloganes derechistas y xenófobos, una falsa distinción entre quienes pretenden evitar las consecuencias de descarnados conflictos bélicos y quienes únicamente huyen del hambre y el subdesarrollo, pese a que tantas veces son forzados por conflictos soterrados en cuyo origen o sostenimiento Europa tampoco es ajena.
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