El Consejo Social de San Sebastián ha realizado un diagnóstico sobre “las necesidades de inclusión” de la ciudad en diferentes ámbitos, incluido el de la vivienda, que indica que cerca de un centenar de personas vive en la calle y más de 400 lo hacen en alojamientos para gente sin hogar.

Esta situación se recoge en las conclusiones del Consejo Social, que ha acordado crear un grupo de trabajo “multidisciplinar e interinstitucional” para analizar “la dimensión de la pobreza y la exclusión social en la ciudad” con el fin de hacer posible la elaboración de un “Plan de Acción Local para la Inclusión”.

El avance de este estudio revela que, en comparación con las demás capitales vascas y, “sobre todo”, con las del resto de España, San Sebastián “se presenta como una ciudad inclusiva, en la que no obstante se detectan importantes retos”.

Según se ha constatado, existe un “estancamiento” demográfico, caracterizado por envejecimiento de la población y unas tasas de inmigración “reducidas”. Se da un “buen nivel” de formación de la población y un sistema educativo “fuerte”, cuya “asignatura pendiente es la formación a lo largo de la vida”.

Mercado de trabajo

El mercado de trabajo muestra “signos de recuperación, aunque presenta problemas estructurales”, y el sistema de Garantía de Ingresos es “eficaz a la hora de reducir las situaciones de pobreza”, aunque hay “aspectos mejorables”.

Se han producido, además, “importantes avances en el conocimiento y la prevención de las desigualdades sociales en salud”.

Explica que las situaciones de “exclusión residencial grave” en la capital guipuzcoana pueden afectar a 439 personas, mientras que los problemas de acceso a una vivienda digna “a un número mucho mayor”.

El informe precisa que existe “una amplia tipología de situaciones”, desde a las personas “sin techo” a quienes carecen de vivienda y a personas que se alojan en viviendas “inseguras o inadecuadas”.

“No resulta sencillo ahondar de forma cuantificable en esta problemática, las fuentes accesibles y relativamente actualizables tan sólo aportan algunos aspectos fragmentarios e inconexos de esa realidad. No obstante, se estima que un 2,3 por mil de la población se hallaba en exclusión residencial grave en 2013 (89 de ellas viviendo en la calle)”, añade.

Señala que el 42,7% de los donostiarras (79.220 personas) reside en viviendas con algún problema de accesibilidad en ellas o su entorno y que la denominada pobreza energética puede afectar al 11,4% de la población.

Mientras que las 6.269 viviendas calificadas de protección pública en 2014 constituyen el 8,2% de las viviendas familiares de la ciudad, el “elevado” precio de la vivienda “agrava los problemas de acceso para la población joven y con bajos ingresos”.

También hace referencia este diagnóstico al 3 % de los ciudadanos que dicen no disponer del apoyo social que les gustaría “en momentos de vulnerabilidad social o personal”.

Además, una cuarta parte de la población percibe esta misma carencia con relación “a la disponibilidad de personas que le ofrezcan afecto y cariño”, entre ellas “una elevada proporción entre los mayores de 75 años”.

Agrega que “los datos objetivos” apuntan, por otra parte, a que una tercera parte de las personas mayores de 85 años vive sola en San Sebastián y, de ellas, un 17% no está en contacto con los servicios sociales municipales.