Muchas cumbres, grandes compromisos y casi ningún resultado
El Periodico, , 07-03-2016Desde septiembre, cuando empezó a agravarse la crisis de refugiados, hasta ahora, los veintiocho estados miembros de la Unión Europea han celebrado cuatro consejos europeos, una cumbre extraordinaria sobre inmigración con los países del Mediterráneo, y otra con Turquía que han desembocado en grandes compromisos pero muy pocos resultados. Estos hechos refuerzan los argumentos que critican la inacción de la UE en medio del drama de los refugiados.
La reunión del Consejo Europeo del 23 de septiembre centró los esfuerzos de los Veintiocho en contener el flujo migratorio para reducir las llegadas después de que el día anterior se hubiera pactado en consejo de ministros una cuota de repartición de 120.000 refugiados. Para empezar, se planteó la importancia del refuerzo de los controles en las fronteras exteriores. En segundo lugar, se pactó la repatriación inmediata de los refugiados que no cumplieran los requisitos de acogida y, en tercero, dar más dinero a los países fronterizos con Siria y las agencias de Naciones Unidas para que asistieran a las personas que se encontraran en campos de refugiados. De estos compromisos adoptados casi ninguno tiene resultados visibles a día de hoy, casi medio año después de la cita.
A finales de mes se pactó un primer reparto de refugiados a partir de cuotas. Ni siquiera ese primer acuerdo, ampliado más adelante, se ha llevado a cabo.
Sin casi tiempo de digerir las decisiones tomadas apenas 15 días antes en la reunión de septiembre, los países miembros de la UE se volvieron a reunir en la primera cita bilateral UE – Turquía en una nueva reunión del Consejo Europeo el 15 de octubre. En dicha reunión, los países europeos y el turco consiguieron llegar a un acuerdo para su plan de acción que permitiría regular la llegada y registro de refugiados a las fronteras turcas con el consiguiente reparto de cuotas entre los países miembros.
Tras dos reuniones del Consejo Europeo y una reunión con Turquía, la UE decidió convocar una cumbre extraordinaria en La Valeta que tuvo lugar el 11 y 12 de noviembre para seguir abordando los estragos de la crisis de la migración. Esta vez le tocó a África. Los dos continentes se pusieron de acuerdo para poner la primera piedra de un plan de acción cuyo objetivo es tratar de frenar el fenómeno migratorio entre ambos territorios.
La principal novedad de la cumbre fue la constitución de un fondo para financiar proyectos de desarrollo en África que redujeran la necesidad migratoria de los africanos hacia Europa, pero aun y así, los Estados apenas aportaron presupuesto a este instrumento que se pactó con una cifra de 78 millones de euros, ni una tercera parte de lo esperado.
Tras esta decisión, quedó más que patente que desde septiembre en adelante la estrategia de la UE no ha sido otra que cerrar las puertas a toda migración. Es más, ya no solo cerrar, sino también ahora expatriar, pues la segunda gran batalla de la cumbre se centró en conseguir que los países de origen reaceptaran a los migrantes repatriados que no cumplieran las condiciones de asilo.
En la última reunión del Consejo Europeo del año 2015 que tuvo lugar el 18 de diciembre, en cambio, la inmigración ocupó sólo la primera parte de un debate en gran medida acaparado por el problema de la separación británica de Europa.
Se trataron especialmente las deficiencias detectadas en la frontera entre Grecia y Turquía por donde entraron en noviembre, pese al compromiso de los turcos de reforzar la vigilancia y las peores condiciones climáticas, 104.000 personas. Como en las reuniones anteriores, la última reunión del año se redujo a convertirse en otra réplica más de los debates que nunca han llegado a concretar una solución plausible para la crisis migratoria, y es que ni siquiera la propuesta de creación de un cuerpo de guardia fronteriza encontró el apoyo necesario para debatirse y pasó inadvertida en el consejo.
Como si de una repetición se tratara, en la reunión del Consejo Europeo del 18 y 19 de febrero, los 28 países miembros de la UE se dedicaron a enfatizar la importancia contener la afluencia de llegadas, proteger las fronteras exteriores, reducir la migración ilegal y salvaguardar la integridad del espacio Schengen. Parte de las decisiones adoptadas en la reunión se centraron en el apoyo a la agencia FRONTEX y a la OTAN en sus misiones además de garantizar que los retornos y la readmisión sean efectivos.
Desde septiembre hasta ahora, las cumbres, reuniones, pactos y alianzas no han sido más que la demostración de la actitud pasiva europea y un altavoz de las quejas de los estados frente a un drama sin solución que sigue marcando el día a día de Europa.
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