pamplona – La pamplonesa Isabel Erquiaga, médica del Hospital de San Juan de Dios de Pamplona de 34 años, puso rumbo el pasado 16 de enero a la isla de Chios, en Grecia, para vivir en primera persona la desgracia que viven los refugiados en su peligrosa travesía por las aguas del mar Egeo. Así, la facultativa ya en tierras navarras, ha estado durante un mes como voluntaria junto con la ONG Salvamento Marítimo Humanitario (SHM), centrada en el rescate acuático y que está formada por socorristas y patrones vascos.

Ahora ya más consciente de lo que ha podido vivir en el rescate de los refugiados a pie de playa en Chios, ¿cuáles son sus sensaciones?

- Tengo la sensación de haber dejado las cosas a medias allí porque yo no me quería volver. He conseguido que un compañero enfermero vaya y es ahora él, el que se ocupa de mi puesto en la isla. No es fácil olvidar lo que he visto, voy aterrizando. Al principio, mi cuerpo estaba en Pamplona pero mi mente se encontraba allí con los refugiados. Tengo pensado regresar en cuanto pueda.

¿Está satisfecha con la labor sanitaria realizada durante ese mes?

- Allí me quedaba algunas veces preocupada porque no llegaba a todo, la rutina diaria es frenética entre vigilancia y atenciones a toda esa gente que llega, siendo tan solo 2 sanitarios los que los atendíamos a su llegada. Mis compañeros me decían que cuando volviera a casa me iba a dar cuenta de todo lo bien que lo había hecho y sí, ahora me siento muy satisfechas. Nos gustaría llegar a más pero sabemos que evitamos que la tragedia sea mayor o que empeore la situación. Ves muchas desgracias pero en mis ratos libres iba a los campos de refugiados, donde ellos me reconocían y me decían que eramos sus ángeles. La sensación al verles que están bien tras haberlos salvado es tremenda y su agradecimiento se te queda grabado. Me parece una suerte haber estado allí aunque sea una experiencia dura. Sin embargo, estoy muy agradecida de poder haber podido ayudar a los cientos de refugiados que realizan ese peligroso viaje día tras día.

¿Qué piensa ahora sobre esta situación, la llegada de los refugiados a Grecia, tras haberlo vivido cara a cara?

- “Es una situación muy injusta, es para ir y verlo para que todos abramos los ojos ante esta desgracia. Nos están intentando meter miedo y cerrar así las fronteras para devolverlos a esa guerra de la que escapan diciéndonos que vienen posibles yihadistas o talibanes, pero yo no he visto eso. No se está haciendo lo suficiente y esto es deber de todos, no solo de los políticos o de los militares. Todo lo relacionado con la llegada de los refugiados lo hacen voluntarios. Estos con su propio dinero y en su tiempo libre, tanto locales como extranjeros, buscan recursos para hacer que este viaje sea lo más seguro posible.

En su opinión, ¿cuál puede ser la posible solución que alivie esta dura situación?

- Van a seguir llegando porque escapan de situaciones de guerra, de una violencia extrema y destrucción masiva. Habían niños que llegaban en los botes que me enseñaban vídeos de sus ciudades y escuelas destruidas. La solución está en que todos abramos los ojos y en ayudarles a salir de allí de una manera más segura y digna. Si se quedan allí, les van a matar y por eso se arriesgan porque quedarse es muerte segura. Nadie quiere abandonar su casa ni sus trabajos, por eso llegan niños con días de vida, embarazadas, personas de todo tipo de estatus o profesiones. Nuestra responsabilidad es tenderles una mano. Hay países que ya lo están haciendo como Canadá, que se ha llevado desde Turquía hasta 18.000 refugiados para sus tierras en aviones. Deberían ponerles ferrys para moverse y no dejarles ir en botes para que se vayan muriendo por el camino.

Cómo médico, ¿qué tipo de atenciones le ha tocado realizar a la llegada de los refugiados?

- Son muy frecuentes las hipotermias que pueden llegar a ser mortales. Llegan de noche y mojados con mucho viento y frío. En el mejor de los casos, su viaje dura en torno a 2 horas pero hay otros botes que se pierden en el mar llegando a estar casi 8 horas. También hay muchos traumatismos causado durante el viaje en la barca o por las peleas para subirse a los barcos, además de fracturas y cortes que se hacen al desembarcar en zonas rocosas. Atendemos desde niños que vienen con meses de vida hasta embarazadas o gente mayor. Así, trasladábamos a los que estaban mejor al campo de refugiados y a los que veíamos peor los llevabamos en ambulancia al hospital. Con la primavera la hipotermia no será tan frecuente pero llegarán otras cosas porque en el campos de refugiados, la gente se apila en el suelo y hay peligro de que se extiendan enfermedades.

Durante su voluntariado, ¿alguno de los refugiados no ha podido soportar las duras condiciones del viaje por el mar Egeo?

- No, Chios es una isla en la que no mueren tantas personas como en Lesbos pero ha sido irme y mis compañeros de SMH han presenciado el fallecimiento de dos menores en los botes, de 8 y de 2 años de edad. Cada vez son más los que llegan y serán más los que fallezcan porque las condiciones en los campos de refugiados son precarias donde no se les da de comer.

Sigue colaborando con Salvamento Marítimo Humanitario, ¿cuál es actualmente su función dentro de la ONG?

- Yo desde aquí gestiono el tema sanitario, intentando cuadrar calendarios para que allí siempre allá un grupo de sanitarios ya que los turnos de los voluntarios son de entre 2 y 3 semanas. Primero, la ONG estaba formada por rescatadores y patrones, ahora necesitan sanitarios ya que se han dado cuenta de que los refugiados al llegar en los botes necesitan una atención cualificada que ellos no la pueden dar. Es en el campo de refugiados donde hay una ONG de médicos. No obstante, eramos yo y un técnico de ambulancia los que atendíamos a todos los refugiados en su primer contacto con Chios ya en la playa, junto con 4 rescatadores y patrones que se encuentran en una embarcación en el mar para dirigirlos a un buena zona para el desembarco.

¿Qué tipo de recursos son necesarios para mejorar vuestra labor y evitar así más muertes?

- “Sobre todo personal, como médicos, enfermeros y técnicos de ambulancia, gente cualificada para dar un servicio profesional. No trabajamos como Cruz Roja, los cuales tienen un salario por realizar estas labores, somos voluntarios. Nuestra ONG es libre de salario, por eso se hacen turnos de 2 porque no podemos estar sin trabajar mucho tiempo. Asimismo, falta material para trabajar como una embarcación más potente, una cámara de visión nocturna y térmica así como un gps con radar.

llamamiento de smh

Donaciones y personal. SMH necesita recaudar dinero para una embarcación o cámara nocturna. Así, disponen de una web salvamentomaritimohumanitario.org o una cuenta en la Caja Laboral, IBAN.ES92 3035 0235 22 2350038982. También necesitan profesionales sanitarios cualificados. Los interesados se pueden ponerse en contacto a través de smh@gmail.com.